Ñiko y la dicha de lo caprichosamente dulce y tentador
Por: Mariana Mora Candia
Diseñar es sin dudas un acto artístico. Cuando se trasluce en cartel y se conjuga con el cine, el teatro o cualquier otra manifestación, resulta en una complementación caprichosamente dulce y tentadora. En Cuba, nuestro país, por fortuna contamos con un amplio arsenal de producciones cartelísticas que han marcado un hito dentro del desarrollo cultural de la Isla desde los inicios de la etapa revolucionaria, sobre todo, aquella apegada a la cinematografía tanto nacional como extranjera. Tanto es así que la colección de carteles del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) comenzó a formar parte en el año 2017 del Programa Memoria del Mundo de la UNESCO por su importancia patrimonial, histórica y artística.
Varios han sido los nombres que han ayudado a acrecentar el reconocimiento y la labor del diseño gráfico apegado al cine. Sin dudas, Antonio Pérez González (Ñiko) ha sido uno de esos nombres de diseñadores gráficos más sobresalientes de la “época de oro del cartel de cine cubano” (Smith de Castro, 2021). Afortunadamente para el público nacional, y sobre todo para aquellos que no tuvimos la dicha de ver su producción artística en el momento en que fue creada, la Tercera Bienal de Diseño de La Habana y el Museo Nacional de Bellas Artes regalaron una exposición temporal a modo de retrospectiva en la cual se reunieron las obras de este artista que marcan su propio itinerario estético y comunicativo.
Ñiko. Imaginación del Cartel fue inaugurada el pasado 17 de junio en la Sala Transitoria del tercer piso del Edificio de Arte Cubano del ya mencionado Museo Nacional, como parte del programa de la Tercera Bienal de Diseño de la capital la que, con una visión inclusiva, aunó a empresas estatales, emprendimientos privados, investigadores, académicos y diseñadores independientes con “el objetivo de acercar las prácticas del diseño a todos los cubanos” (ONDI, 2022). Llegó entonces, en esta misma línea, la exposición ya referida a modo de homenaje y revisitación epocal.
Las obras presentadas en la exhibición provenientes de los fondos de la Biblioteca Nacional José Martí, la Cinemateca de Cuba, el Instituto de Historia de Cuba y colecciones privadas evidenciaron solo una porción de la amplia producción artística elaborada por Ñiko, quien tiene en su autoría más de ochocientos carteles desplegados en revistas y exposiciones personales y colectivas en múltiples regiones del mundo (MNBA, 2022). Sin embargo, los carteles perfilados para el ICAIC forman parte de la historia e identidad cultural cubanas, de ahí ese esencial reencuentro con el cartel y con el universo poético visual de quien es considerado maestro del diseño gráfico cubano.
En la muestra se recogieron alrededor de setenta y cuatro obras que sintetizaron a la perfección la imaginación que conlleva el acto creativo y, además, la destreza en el trabajo con los colores, las formas, soportes y movimientos artísticos que se ven reflejados en los carteles del diseñador gráfico y artista.
La curaduría estuvo a cargo del Premio Nacional de Diseño 2021, José Alberto (Pepe) Menéndez. En ella se optó por un recorrido entre las creaciones –algunas de corte político, pero sobre todo cinematográfico– realizadas aquí en Cuba por Antonio Pérez entre los años que comprenden las décadas del sesenta al ochenta del siglo pasado y también por algunas reproducciones digitales consumadas por Ñiko en México, país en el que reside hace treinta años.
La exposición se convirtió en una clase magistral que nos fue dando señas de lo pop y lo minimal, de la abundancia de colores, la simplicidad de las formas o el trabajo con el blanco y negro. Las obras pasearon entre lo figurativo y lo abstracto, y no refiriéndonos en esto último estrictamente a la parte formal, sino a lo conceptual de las creaciones y los rejuegos con los textos, las figuras, el significado del filme y la idea que pretende generar una simple mirada al cartel. Los diseños de Ñiko parecen solo un guiño, son sin dudas una invitación, pero esconden un vendaval de códigos que solo podremos saborear a cabalidad luego del disfrute fílmico, resultando entonces el complemento perfecto. Es puramente, en palabras del artista, “darle la espalda a lo evidente y aplicar lo sugerente como razón de todo el trabajo creado a lo largo de tanto tiempo” (Smith de Castro, 2021).
Ñiko. Imaginación del Cartel devino más que acertada, no solo por el reconocimiento y proyección de la obra de Antonio Pérez con sus carteles conceptuales, profundos, exquisitos, precisos, que recogen el aura de un período artístico, sino además porque resultó esa reconexión con la gráfica como arte dejando atrás las diferenciaciones. Constituyó, por otro lado, una suerte de lección ejemplar, no solo desde el punto de vista formal, también desde la complicidad caprichosamente dulce y tentadora entre diferentes manifestaciones -en este caso cine y diseño- que tan bien supo congeniar Ñiko.
Referencias
Bermúdez, J. R. (24 de junio de 2022). De vuelta al cartel… con Ñiko. La Jiribilla. Obtenido de lajiribilla.cu
MNBA. (junio de 2022). Exposición Ñiko. Imaginación del Cartel. Nota de prensa. Obtenido de www.bellasartes.co.cu
ONDI. (mayo de 2022). Se inicia en Cuba III Bienal de Diseño de La Habana. Obtenido de cubadebate.cu
Pérez Suárez, A. (18 de junio de 2022). Inauguran en Bellas Artes retrospectiva de Ñiko, un maestro del cartel. Periódico Cubarte. Obtenido de cubarte.cult.cu
Smith de Castro, R. (9 de junio de 2021). Antonio Pérez (Ñiko): “El cartel de cine se convirtió en la razón de mi vida”. Revista Cine Cubano. La Habana. Obtenido de revistacinecubano.icaic.cu