Algunas notas sobre “Regreso al porvenir”

La Jeringa
7 min readApr 18, 2022

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Por: María Alejandra Martínez Rojas

La tercera y última experiencia de la XIV Bienal de La Habana se inauguró con la exposición colectiva “Regreso al porvenir”, que se encuentra abierta al público en la Estación Cultural de Línea y 18, en el Vedado. Más de 15 artistas de varios continentes presentes en este gran encuentro de las artes reúnen cerca de 40 obras para expresar, a través de diferentes técnicas y mensajes, la realidad de una sociedad que atraviesa una pandemia, rodeada de problemas sociales y que se encuentra controlada por la tecnología. Es en conmemoración de los 120 años de Wifredo Lam y Marcelo Pogolotti, las vanguardias artísticas cubanas, además del aniversario 60 de las Escuelas Nacionales de Arte, que esta Bienal ha decidido homenajear y a su vez continuar favoreciendo el desarrollo del arte cubano, logrando además un intercambio entre artistas nacionales y extranjeros. Fotografías, pinturas acrílicas, intervenciones, instalaciones, ilustraciones, lienzografías, videoinstalaciones e inteligencia artificial; todo tipo de arte convergen en un mismo espacio.

Techo de la fábrica de bicicletas , Línea y 18. Fotos: María Alejandra Martínez Rojas

Justo a la entrada del inmenso espacio expositivo recibe al visitante la instalación “¿Qué tipo de primavera es esta, en donde no hay flores y el aire está viciado con un aroma miserable?“‘, del mexicano Joaquín Segura. La instalación consta de una cerca perle, alambre de púas, contenedores y agua, con ella su autor se refiere al Centro de Detención de la Bahía de Guantánamo que alberga, hasta el día de hoy, 39 prisioneros, en su mayoría, del Medio Oriente. El proyecto de Segura fue desarrollado para la Bienal de La Habana y toma su título de un poema escrito en por Shaikh Abdurraheem Muslim Dost, poeta y ensayista pakistaní que estuvo preso en Guantánamo entre 2001 y 2005 y se encuentra desaparecido desde 2006.

“¿Qué tipo de primavera es esta, en donde no hay flores y el aire está viciado con un aroma miserable?“‘, del mexicano Joaquín Segura.

El creador cubano Alejandro Gómez ,por su parte a partir de composiciones de marcado simbolismo se centra en cómo el individuo encaja en la sociedad y las dificultades para navegar sus movimientos y pensamientos en relación con los demás. Aunque en un primer acercamiento a sus pinturas podría pensarse en la multitudes, Gómez más que en el grupo, parece estar interesado en el individuo. Por eso insiste en las marcas de identidad; en lo que diferencia , en lugar que los unifica; la historia de un personaje en paralelo a una historia colectiva, ambas complementadas fuertemente entre sí. Por otro lado, el tema de la vivienda y la propiedad privada en Latinoamérica lo reflejan artistas como el chileno Francisco Huichaqueo, Arnaldo Cristaldo y el colombiano Alejandro Sánchez, en sus piezas está marcada la difícil situación de muchos países de Latinoamérica, es evidente por ejemplo en “Neigborhood” , la pieza de Alejandro que consiste en un contenedor avejentado por el óxido. Este es un contenedor realizado a partir de planchas de techo cedidas al artista por parte de un vecino del barrio “Bosque Boquerón” en Bogotá. Varios agujeros abren el metal permitiendo observar dentro coloridos flotadores inflables llenos de aire, unos sobres otros. Esta instalación al decir del artista, alude a crisis simultáneas, como la devastación climática, los refugiados que huyen de las guerras y la emergencia sanitaria, constituye así una metáfora donde los flotadores contenidos son privados de salvar vidas.

La manipulación y la absorción de la ciencia por el ser humano, la guerra y la paz, el acceso y uso de las tecnologías, son otros de los contenidos tratados en Regreso al porvenir. En esta temáticas se inserta el video ensayo Imaginando “Otras máquinas conscientes” de la española Mónica Rikić, quien se ha dedicado a investigar la relación que existe entre la tecnología, en especial la inteligencia artificial, con el arte conceptual. Los austriacos Margarete Jahrmann y Talos Kedl junto al alemán Stefan Glasuer son los autores de “Nube Mental”, una instalación interactiva (Neuromatic Game Art) a través de la cual se conectan lugares híbridos y objetos discursivos, que forman parte de experimentos científicos y el juego experimental. “COMBATscience Aumentada” se titula la obra de la austriaca Ruth Schenll donde se evidencian las implicaciones éticas de la ciencia, desde los ataques con gas, durante la Primera Guerra Mundial hasta la investigación de los sistemas de armas autónomas en la actualidad. Mediante la realidad virtual se pueden ver y escuchar al científico alemán Fritz Haber (1868–1934), y a su esposa, la química y pacifista Clara Immerwahr (1870–1915).

Michel Pou y Diango Hernández son dos de nombres que destacan por sus piezas artísticas dentro de la estación cultural, su proyecto “ Desembarco” se trata de una colaboración entre estos dos artistas donde muestran imágenes del paisaje en Playitas de Cajobabo. Se unen la pintura y la fotografía para permitir que dos amigos separados por el mar y una pandemia global, dialoguen y se reencuentren para arribar a la isla que ambos aman. Se encuentra también el nombre del mexicano Néstor Jiménez con la pieza “ Del país que tpdps quieren al país que todos tienen” y sus pullovers “Suprime” quien expresa que “La Bienal de La Habana ha sido siempre, desde su creación, un espacio para el desarrollo pleno de la creatividad y la renovación artística”. Esta obra habla de una reflexión sobre la intolerancia , la estandarización de la identidad , la pertinencia y vigencia del arte político dentro del contexto de lo que hoy denominamos sur global.

Nestor Jiménez en el proceso de montaje de su obra “Del país que todos quieren al país que todos tienen”.

La instalación “Pulmones de mar” (siete pinturas en aerosol sobre telas de velas) de Asher Mains, de Granada, hace referencia al problema que enfrenta la humanidad con la pérdida de los arrecifes coralinos. Es una obra que busca la empatía con la naturaleza y despierta la conciencia humana con respecto a la destrucción de los arrecifes por el propio hombre.

Montaje de la instalación “Pulmones de mar” (siete pinturas en aerosol sobre telas de velas) de Asher Mains, de Granada.

En su “Aprendizaje de los miedos”, la peruana Patssy Higuchi concibió una serie de obras fotográficas que le permitieron dar forma a sus pensamientos y más profundos temores durante estos años de pandemia. Se trata, advierte el texto del curador Jorge Villacorta, de un proyecto que indaga sobre el dolor y la tristeza derivados del miedo, donde el desplazamiento de los cuerpos se detuvo y repensar la vida se volvió inaplazable.

Proceso de montaje de la serie fotográfica “Aprendizaje de los miedos”.
Detalle de miniaturas de la serie fotográfica “ Aprendizaje de los miedos”.

La instalación fotográfica del paraguayo Alfredo Quiroz que se encuentra próxima a la obra de Patssy, se integra por 40 instantáneas de 40 x 40 cm, indaga en las consecuencias de los conflictos, en especial de la llamada Triple Alianza (1864–1870), una lucha armada que tuvo lugar entre Paraguay y Brasil y dio al traste con la desilusión y la pérdida de identidades en varios territorios de América Latina. Al decir de la curadora Oviedo, por eso el artista mutila los rostros de los fotografiados.

La pieza “Buji” del japonés Takeshi Ikeda tiene como hilo conductor la cultura espiritual de Japón, en especial su filosofía Bushidō, originada durante el período Edo (1603–1868). “Entretejí las cintas doradas de los habanos, en esquemas de diversos colores, y las ordené en varios patrones geométricos para darle vida a mi obra”, explica el artista y agrega que en ese período histórico al que alude su pieza, los samuráis que gobernaban el país, se dedicaban al entretenimiento espiritual para instaurar una era de paz después de la guerra. El artista además desarrolló un performance en el que convida a los presentes a la milenaria ceremonia del té y aboga por el entendimiento y la coexistencia pacífica entre todos los seres humanos. Con la ceremonia del té, el japonés Takeshi Ikeda aboga por el entendimiento y la coexistencia pacífica entre todos los seres humanos.

Detalle de la pieza “Buji” del japonés Takeshi Ikeda.

“Faquir“, del cubano René Rodríguez, es una instalación en forma de cuños de madera que propone reactivar el pensamiento, desde la inconformidad, ante conceptos filosóficos y políticos preconcebidos que desde siempre hemos dado como inamovibles.

Detalle de la instalación ”Faquir”.

El salvadoreño Mauricio Esquivel propone su instalación “Línea de Desplazamiento”, compuesta por 1200 águilas recortadas a mano de monedas de 25 centavos de dólar. La pieza forma parte de una investigación acerca de las causas económicas de la migración y la influencia de los Estados Unidos, en la cultura de muchos pueblos, sus conflictos históricos, coloniales y postcoloniales.

El cubano Marcel Molina está presente en la exposición con dos instalaciones: “El aburrido discurso de las cañas sentadas” y “El coronel no tiene quien lo haga volar”. En la primera reflexiona en torno a una reunión sobre la industria azucarera y, en la segunda, le rinde honor a Gabriel García Márquez, y a la vez, se sumerge en la historia del azúcar y la nacionalidad cubana. La video instalación “La puerta del cielo” del canadiense Marco Brambillia celebra la conciencia narrativa colectiva y satiriza su saturado glamour, lleno de instantáneas y destellos de historia. Además, reconfigura, la manera en que ha evolucionado la civilización humana. Para el final, en el pabellón de enfrente, se encuentra la instalación participativa “Laboratorio de pulpa de papel de baja tecnología” de Ana Rita Antonio y Patrícia J. Reis (ambas de Portugal) tiene como objetivo reunir a los propios expectadores para colaborar con las artistas en un performance que tiene la intención de crear una cadena de productos y está diseñado para reciclar y reutilizar el papel. Los interesados en participar de esta experiencia deben llevar papel que ya no usen en casa para darle nuevas formas en una cocina-estudio donde repensarán la futura sustentabilidad económica, ecológica, social y afectiva.

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