Amo el trozo de tierra que tú eres
Por: Yalena González Valdés
El arte y su manía de hacer poesía sobre la realidad legitima toda teoría sobre su capacidad para transformarla. Si bien desde su ejecución no produce ninguna variación directa en la realidad, desde el concepto o la contemplación provoca una reflexión, un cambio de pensamiento en el ser humano, y a fin de cuentas; es el hombre el que con su accionar construye la realidad. El arte nos invita a redireccionar nuestro paso por la tierra. Por ello pensar en la naturaleza es sentir la vida desde el detalle más simple, hasta la hazaña más omnipotente que pueda realizar el hombre.
El destacado cineasta francés Yann Arthus-Bertrand, en Legacy, notre héritage / Legado, nuestro patrimonio (2021); activa ciertas inquietudes sobre nuestro compromiso con el medio ambiente, los daños que hemos causado a pesar de nuestra inteligencia o del poder que poseemos sobre la industria, el arte, la medicina, la ciencia y la tecnología.
Sin embargo, en este caso la inteligencia ha preferido ser individualista e insensata. No hemos sido lo suficientemente sabios como para entender que con las mismas manos que construimos, hemos destruido nuestro planeta. Me pregunto, cómo podemos ser tan ignorantes o hacernos los ciegos ante esta realidad, ante el sufrido grito del planeta y las constantes señales del cambio climático.
Yann Arthus-Bertrand como realizador, fotógrafo y activista medioambiental nos deja en Lagacy una visión sensible y radical sobre el estado actual del planeta y propone a priori la desintoxicación de nosotros mismos partiendo del amor como la mayor fuente de energía renovable. Lo cierto e invariable es que la naturaleza no nos necesita, pero nosotros dependemos de ella para vivir y siempre estaremos en deuda.
Legacy fue el documental con que inició la primera edición de “Isla Verde”, Festival Internacional de Cine y Medio Ambiente del Caribe, que tuvo lugar entre los días 31 de mayo y 5 de junio de 2023 en la Isla de la Juventud. Isla Verde FICMAC estuvo precedido por el reconocido actor y cineasta cubano Jorge Perugorría. Contó con un amplio programa educativo medioambiental y una valiosa muestra de obras aportadas por Green Film Network (GFN), La Fundación Good Planet y Cinema Planeta.
El cine teatro Caribe, fue la sede principal del Festival acogiendo cintas como: Isla de Plástico (2019), del director dominicano José María Cabral; La Fabrique des Pandémies / La Fábrica de las Pandemias (2022), de la francesa Marie Monique Robin; Eating Our Way To Extinction / Comiendo nuestro caminino a la extinción (2021), un docuemntal del Reino Unido dirigido por los hermanos Otto y Ludo Brockway, Planet Ocean / Planeta Océano (2012) y Terra / Tierra (2015) dirigidos por Yann Arthus-Bertrand y Michael Pitiot; y Home / Hogar (2009), de Yann Arthus-Bertrand, quien fundó Good Planet y a quien el Festival reconoció exhibiendo una retrospectiva de su obra. Los cinéfilos también pudieron disfrutar de una serie de materiales realizados en Cuba con la colaboración de la Fundación Antonio Núñez Jiménez (FANJ) y Environmental Defense Fund (EDF).
A pesar de que esta primera edición no fue de carácter competitivo, se entregaron los premios Isla Verde a reconocidas personalidades y proyectos con una trayectoria en la preservación del medio ambiente. Recibieron los galardones la deportista cubana y recordista mundial Déborah Andollo, el cineasta francés Yan Arthus-Bertrand y la mexicana Eleonora Isunza, directora de Cinema Planeta, Festival Internacional de Cine y Medio Ambiente de México. FICMAC también rindió homenaje póstumo al rapero cubano, director del grupo Cubanos en la Red y activista medioambiental, Osmel Francis Turner (1961-2022).
El programa del Festival incluyó, además un ciclo de conferencias y talleres impartidos por especialistas nacionales e internacionales sobre diversos temas en aras de generar un diálogo e intercambio entre diferentes públicos e instituciones. Turismo sostenible, agroecología, reciclaje, uso de energías limpias, modelos de negocios sustentables, nuevas economías y
formas de gestión fueron algunos de los ejes temáticos que se debatieron entre científicos, biólogos, especialistas, profesores, estudiantes, realizadores, fotógrafos, artistas, periodistas, actores, actrices, público en general, e incluso con los niños, niñas, adolescentes y jóvenes pineros. Estos encuentros entre proyectos de diferentes disciplinas (FANJ, EDF, Escuela Internacional de Cine y TV (EICTV), ficcmaster, Taller Chullima, Vélo Cuba, Croma Realización Audiovisual, entre otros) derivaron en nuevos proyectos colaborativos y alianzas en pos de preservar la biodiversidad en el planeta.
Isla Verde, FICMAC descentralizó los circuitos hegemónicos del cine, desplegando la gran pantalla hacia otro municipio. Si bien FIC Gibara, Festival Internacional de Cine Pobre se desarrolla a más de 750 kilómetros de la capital, en la provincia de Holguín; este nuevo Festival se expande, como me gusta llamarla, a la isla de la isla; un lugar lleno de historia y riqueza natural. Isla Verde fue un momento donde el cine no solo llegó a la otra orilla, sino que se extendió incluso hasta otros poblados de la Isla de la Juventud. Propuestas cinematográficas se proyectaron desde pantallas móviles en las comunidades de La Fe y La Demajagua; fue poner el cine en función del pueblo. Desde el séptimo arte se difundieron los graves desafíos que enfrenta actualmente el planeta a partir de una perspectiva didáctica y crítica que, lejos de propiciar una mera información cuantitativa sobre el cambio climático, generó una reflexión, una conciencia ambiental y sensibilidad en la audiencia con la certeza de que el público se sume a las diferentes acciones medioambientales.
FICMAC no solo llevó a la Isla de la Juventud un Festival de Cine y Medio Ambiente, sino que supuso toda una revolución en el desarrollo territorial, visibilizando su riqueza cultural, arquitectónica, paisajística, patrimonial e histórica. Impulsó el desarrollo de un turismo sostenible y ecológico que sitúa a la Isla como un referente de reserva natural. Se activaron los
emprendimientos locales, las cadenas hoteleras, el Museo Municipal, la UNEAC, el Centro histórico de Nueva Gerona, la Finca el Abra, las Cuevas de Punta del Este, el poblado de Cocodrilo, las playas Bibijagua, la Piedra, Paraíso, el Parque Nacional Punta Francés, el Faro de Carapachibey y el Conjunto Monumental Presidio Modelo, donde tuvo lugar la clausura del
Festival con un concierto del trovador Silvio Rodríguez. Justo el 5 de junio a propósito del Día Mundial del Medio Ambiente, horas antes del concierto nació el Pinar del Cine, un espacio de dos hectáreas donde se sembraron, para reducir la huella de carbono generada por el propio evento, mil 500 posturas de pino que irán creciendo con el mismo ímpetu que el Festival.
Que Cuba cuente con Isla Verde, su propio Festival de Cine y Medio Ambiente del Caribe es un privilegio para el país. El arte nunca es un reflejo mecánico de la realidad, sino más bien una metáfora, una ilusión exacerbada. En este mundo donde el hombre está condenado a la
muerte, lo único que puede hacer el cine es añadir un universo paralelo, imaginado o soñado donde la realidad sea más que una simple ficción.