Descubriendo el Arte de Reutilizar: Una Conversación con Len Rego, Fundadora de Okē Encuadernación.
Por: María Karla Espinosa Morales
En tiempos donde el consumo masivo y la producción industrial predominan, surgen iniciativas que nos invitan a reflexionar sobre nuestras prácticas diarias y su impacto en el medio ambiente. Uno de estos emprendimientos es Okē Encuadernación, un proyecto nacido en medio de la pandemia que apuesta por la reutilización y el reciclaje. En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de conversar con Len Rego, la mente creativa detrás de Okē, quien nos compartió su inspiradora historia, los desafíos enfrentados y su visión de futuro. A continuación, presentamos una serie de preguntas que nos permiten adentrarnos en el universo de Okē, explorando cómo, desde la encuadernación artesanal, se puede promover la sostenibilidad y generar un impacto positivo en la comunidad.
¿Bajo qué concepto nace el proyecto y de dónde surge su nombre Okē?
Okē, como muchos otros emprendimientos, nació en tiempos de pandemia. Al estar en la casa, sin poder hacer lo mismo de antes, busqué nuevas alternativas para ocupar el tiempo con cosas que tenía en la casa, en este caso mucha recortería de papel, cartón, telas y pegamento. A partir de ese momento empecé a encuadernar, obviamente sin el mejor acabado, pero poco a poco he ido mejorando mi técnica con tutoriales de YouTube, y también de forma empírica. El proyecto se llama Okē porque su surgimiento coincide con el momento en el que tengo a mi primer hijo, quien a sus dos meses comienza a decir algunas palabras, entre ellas “oke” (en su lenguaje de niño, claro), y me pareció que esa frase reflejaba que todo iba a estar bien, todo iba a estar OK, me gustó y quise nombrar así a esta nueva idea que surgía.
¿Crees que Okē ha logrado concienciar a las personas sobre la necesidad de reutilizar y reciclar?
Ese es nuestro principal objetivo y, por ello, transmitimos por redes sociales la necesidad de provocar un cambio en la forma de pensar el reciclaje y de insertarlo en el día a día. Sin embargo, no se han aplicado herramientas para conocer con exactitud qué tanto hemos logrado concienciar a esas personas. Lo que sí te puedo afirmar es que Okē se ha logrado insertar dentro de un público que ya es consciente. Considero, además, que hemos logrado hacer conscientes a las personas de mi círculo más cercano, ya sean familia o amigos, pues muchos se asombran con el resultado de los productos, ya que existe una creencia generalizada de que los productos que parten de materiales reciclados no tienen un buen acabado.
¿Por qué transmitir este mensaje en un entorno que cada vez se percibe más consumista?
Esto parte de una cuestión personal, mis ideales se basan en tomar los recursos que tengo y transformarlos. Ver productos que puedan considerarse desechos transformados en algo nuevo me provoca una satisfacción increíble, porque además considero que existe mucha basura en el mundo, consecuencia también de esa tendencia consumista, y hay que hacer algo con eso. Trabajar por esa línea de diseño es algo que siempre he querido; soy diseñadora industrial de profesión y realmente lo que me gustaría llegar a hacer es diseño industrial en base a dicha línea.
¿A qué desafíos se ha enfrentado el proyecto desde sus inicios hasta ahora y cómo lo ha hecho?
Esta pregunta es bastante amplia, pues Okē se ha enfrentado a varios desafíos a lo largo de su trayectoria. El primero de ellos es que no existen proveedores estables de las materias primas y los recursos que necesito para el emprendimiento, no hay tiendas especializadas en encuadernación, al menos que yo conozca; he tenido que buscarlos por otros medios. Las fuentes de financiamiento son escasas, por lo que no he podido realizar avances a nivel tecnológico; un ejemplo de ello es que actualmente no tenemos una guillotina eléctrica, ni una prensa en el taller, tampoco tenemos todo el equipamiento necesario para reciclar el papel.
Otro reto es lograr concienciar a más personas del valor de nuestros productos y hacer que compitan con productos fabricados de forma industrial. Muchas veces el público percibe que lo que yo hago debe ser más barato, cuando en realidad no es así. El proceso de producción industrial cada vez es más automatizado, y nuestro proceso es totalmente artesanal. En Cuba se ve devaluada la artesanía, pues muchos artesanos no saben darle valor a su trabajo, que es 100% hecho a mano. La inflación es otro de los retos que nos afectan, no podemos subir precios todas las semanas, porque las personas no tienen la culpa de la inestabilidad del mercado, pero tenemos que hacerlo de una forma u otra.
A pesar de estos, ¿cómo te mantienes inspirada y motivada para seguir innovando en el diseño y producción de los cuadernos?
Okē para mí es como una terapia, la innovación dentro del emprendimiento me mantiene motivada y a pesar de que no es mi sustento económico, aunque me gustaría que lo fuera, es un trabajo que me satisface y que va de la mano con mis ideales, como te comentaba anteriormente.
Sabemos que has realizado colaboraciones con emprendimientos como Wasasa o Ativa, pero ¿tienes alguna otra colaboración futura en mente que puedas compartir con nosotros?
Desde los comienzos de Okē se definieron colaboraciones, no solo con otros emprendedores, sino con artistas; de hecho, mi primera colaboración fue con Bradityn, un artista gráfico y caricaturista que hacía ilustraciones para las portadas de los cuadernos. Otra de las colaboraciones fue con Mariara, mi suegra, quien se encargaba de hacer las bolsitas a juego con los cuadernos. También he colaborado con Selva Vegetal, ella imprimía las telas con sus diseños y con estas hacíamos la encuadernación. Además de otros emprendimientos como Alma Shop, que pintaban la tela con la técnica de marmoleado o jaspeado. Sin embargo, Okē empezó a sacar sus propios diseños, sin colaboraciones de por medio.
¿Okē cuenta con algún espacio físico donde se puedan ver y comprar los cuadernos?
Hasta el momento no contamos con un espacio físico, aunque sí hemos logrado insertarnos en tiendas como Casa Quinta, Detalles Paraíso, Ciclo Ecopapel y Alma Shop, siendo este último el lugar donde actualmente tenemos algunos productos disponibles.
¿Participan en ferias o eventos donde la gente pueda conocer más sobre el proyecto y adquirir sus productos?
En un comienzo participábamos en más eventos como Habana Espacios Creativos, en Oasis Nelva, en la Quinta de los Molinos, tanto en las Noches Mágicas como en actividades infantiles en la mañana. Otro evento en el que siempre participamos es el Reciclatón, organizado por Tercer Paraíso. Este es uno de los que más me ha interesado siempre porque tiene mucho que ver con Okē. Allí se recogen telas, materiales reciclados y se reparten entre los emprendimientos que participan, por lo tanto también es un proveedor de materias primas para nosotros.
¿En estos espacios realizan algún tipo de actividad que contribuya a promover la sostenibilidad y conciencia ambiental desde edades tempranas?
Sí, por ejemplo en las ferias en la Quinta de los Molinos, antes de las Noches Mágicas, se hacían muchos eventos los sábados, a los cuales asistían muchos niños. Allí los enseñábamos a hacer lápices de papel, algo que les resultó bastante interesante. También fui a una escuela primaria en Plaza de La Revolución, donde imprimí junto con niños de cuarto y quinto grado en la pantalla de serigrafía y además les hablé un poco sobre la sostenibilidad. Sin embargo, en Okē no utilizamos este tipo de actividades para promover la marca, se hacen más bien con el objetivo de generar un impacto en los más pequeños.
¿Qué consejo le darías a otros emprendedores que quieren iniciar en el mundo de la sostenibilidad?
No es un camino fácil. Si quieren hacerlo, primero tengan en cuenta que esto es lo que realmente les apasiona, y no una tendencia de sostenibilidad. Háganlo porque de verdad creen en ese camino y porque es importante para ustedes.
Y por último, ¿cuáles son tus proyecciones con respecto a Okē? ¿Cómo esperas que evolucione?
Mi proyección para Okē es que llegue a ser un taller/tienda, donde la gente pueda adquirir los productos y también aprender a hacer los suyos. Espero ver este sueño realizado algún día, aunque sé que es un camino largo, cada día estoy un poco más cerca de conseguirlo.