Dibujante con alma de niño
Por: Victor Lefebre
Joaquín Salvador Lavado, nacido en Mendoza, Argentina, llega a nosotros bajo el seudónimo de Quino, dibujante de historietas y tiras cómicas. Estudiante de artes plásticas, deja de dibujar yesos y bodegones para dedicarse a lo que consideraba su vocación. A pesar del gran poder comunicativo que puede tener el lenguaje gráfico, en aquel momento no se podría pensar en los cómics como la mejor expresión artística para explorar las inquietudes de un ser humano. Sin embargo, Quino ha logrado hacer un análisis crítico de la sociedad en que vive a través de las caracterizaciones de sus personajes.
Como sociólogo, Quino presenta situaciones no solo humorísticas, sino que nos pueden conducir a una serie de interrogantes. Las historietas de Mafalda, lejos de ser un simple entretenimiento para niños, han trascendido como el cuestionamiento de un mundo decadente, mediante símbolos de negatividad crítica y denuncia al conformismo. Algunos personajes son el resultado de la influencia de construcciones sociales, cuyo propósito es defender una sociedad donde los individuos son sometidos al sufrimiento y la explotación. En realidad, solo son esenciales como sujetos dentro un conjunto. Existen gracias a sus diferencias, dependiendo unos de otros y se encaminan a una crítica de la comunidad occidental latinoamericana.
Otros personajes, lejos de sentirse alienados por las influencias que reciben, llegan a poner en tela de juicio nuestra forma de actuar. Desarrollan un pensamiento y análisis crítico, donde el espectador es capaz de ver la controversia del mundo. Dentro de sus alegorías, Quino personifica a la libertad y utiliza este concepto para hacer comparaciones más directas, como su pequeño tamaño en comparación con el resto de sus amigos, que, a su vez, son la representación de otras preocupaciones humanas.
Cortázar dijo: No tiene importancia lo que yo piense de Mafalda. Lo importante es lo que Mafalda piense sobre mí [1]. Al hacer referencia a la complejidad del pensamiento de la protagonista, caemos en la cuestión de verla como una niña sin miedo a dar sus valoraciones de los eventos sucedidos a su alrededor. Es un personaje capaz de acusarnos basándose en las reglas de los adultos, sin perder su inocencia o su comportamiento infantil, cuyo punto de vista es el de una niña intentando comprender el mundo de los mayores. Aunque la temática de sus dibujos suela ser realmente seria o enjuiciadora, aún conservan sus intenciones de crear ambientes empáticos, donde el lector sea capaz de reflexionar sin sentirse adoctrinado.
Para una figura del mundo de los cómics, Quino trasciende como un filósofo contemporáneo, cuyo principal crédito es el de poder ver las realidades de nuestro mundo con una visión opinante, sin caer en presunciones, ni palabrerías. Algunos autores, como Umberto Eco, consideran al caricaturista argentino un poeta que conserva su alma de niño intacta. A través de sus dibujos expresa su visión de crítico-teórico de forma tal que, más allá de las historietas de Mafalda, siempre terminamos adjudicando sus ideas a sus personajes y no percibimos quien realmente hace el análisis el completo.
Referencias
[1] Andrea Serdio. 3 de enero de 2020. Mafalda: una crítica que no pasa de moda. Milenio. (Disponible en: https://www.milenio.com)
Bibliografía
Aguirre, J. y Villamizar, N. (2016). Quino: del mundo del cómic al mundo de la filosofía. Revista Filosofía UIS, 15 (1), 163–188.