Espacio-0
Las relaciones espacio interior-exterior, espacio natural- antropológicamente intervenido en las obras de arquitectos japoneses galardonados con el Premio Pritzker.
Por: Flavia Barrio Alvariño
EL ARTE DE CULTIVAR ESPACIOS O PARA COSECHAR GALARDONES.
JAPÓN Y EL PREMIO PRITZKER
El premio Pritzker constituye el máximo reconocimiento que se le atribuye a
un arquitecto con la finalidad de destacar la descollante labor realizada en los ámbitos de la teoría y la práctica arquitectónicas. Frecuentemente se le
considera como el Nobel de arquitectura y es el galardón de mayor prestigio
internacional en esa manifestación. Su otorgamiento se efectúa anualmente y su primera celebración se remonta al año 1979. Este no discrimina en cuanto a nacionalidades, aunque se advierte una exigua presencia de hacedores provenientes de estados periféricos o subdesarrollados en la nómina de condecorados.
Actualmente (2021), Japón figura como el país con mayor cantidad de
connacionales galardonados. En total se han cosechado ocho títulos en siete
ediciones. Esto se debe, en buena medida, al momento de esplendor que vive este arte japonés a nivel mundial. Además, a ello coadyuva, ostensiblemente, el fenómeno de la globalización en tanto posibilita una mejor visibilidad del quehacer de esos artífices y el surgimiento de contratos, becas y disímiles oportunidades fuera de la nación. Sin embargo, en la reputación y la excelente factura de la arquitectura nipona descansan el éxito y el reconocimiento concedidos desde 1987, fecha en que, por primera vez, se premia a un ciudadano de este territorio.
LA BIOLOGÍA DEL ESPACIO. TANGE KENZŌ — 1987
ser reconocido con el premio Pritzker, hacia el año 1987.
Sus mayores aportes a la práctica arquitectónica devienen de su paso por el
Movimiento Metabolista, fundado en 1959. Hasta cierto punto, se trata de
corriente revolucionaria en las maneras de hacer y pensar esta manifestación, sobre todo, en cuanto a la noción que se tiene de los espacios. Según este, las características de las sociedades actuales y futuras, sumamente masificadas, requieren de nuevos procederes. Estos tienden hacia las grandes escalas, las estructuras flexibles y extensibles, signadas por un crecimiento orgánico. Asimismo, plantea la influencia del espacio y su cualificación sobre los seres humanos y la cultura. Para este, las antiguas lógicas de forma y función están caducas y aunque la tradición puede patentizarse en la creación, no debe interferir en el resultado estético.
LA PERSISTENCIA DE LA IMAGEN CÚBICA. MAKI FUMIHIKO — 1993
el premio Pritzker en año 1993.
La poética de Maki no se corresponde con una línea organicista a
ultranza. En su lugar, resulta más comedida y se encuentra matizada por las
ganancias de la High Tech, la estética moderna y las torres de acero y cristal. De ahí que se advierta la influencia de múltiples estilos y tendencias en su trabajo. Todo ello desemboca en el sello un tanto ecléctico, internacional y de una clara vocación urbana, que distingue a sus producciones.
Ese acento convencional, lo cual no significa tradicional, se refleja en la
manera en que este autor concibe las relaciones espaciales. Sin embargo, esto no demerita su quehacer o lastra su calidad. De ahí que se demuestre, una vez más, que la condición posmoderna en el arte no posee un cauce inequívoco, la negación de los patrones está lejos de ser la única alternativa. Así, su obra advierte un aire cosmopolita, sintetiza lo mejor de los procederes conquistados por el Movimiento Moderno en torno a la articulación del lugar. Incluso, algunos de estos conectan con las formas de concebir el espacio a la usanza japonesa. Amén de esto, su producción edilicia no exhibe un resultado con abundantes puntos de tangencia con las prácticas constructivas ancestrales de la nación.
EL ESPACIO METAFÍSICO. ANDŌ TADAO — 1995
premio Pritzker del año 1995.
La poética de Andō aglutina la geometría abstracta procedente del Movimiento Moderno con el sentido de trascendencia de la cultura japonesa. Esta se cimienta sobre tres pilares básicos: la claridad en la función, la exposición de la estructura y la exhibición las características propias de los materiales. Esta última cuestión deviene elemento taxativo de su quehacer pues la suya es una sensibilidad trasladada hacia ellos y hacia la justipreciación de sus texturas y cualidades. Sus producciones manifiestan una inclinación conceptual, cuasi metafísica, existencial y espiritual, concretada en las relaciones entre naturaleza y arquitectura. Estas se encuentran impregnadas de un simbolismo y una densidad metafórica, deudores de las corrientes filosóficas, la tradición y la propia cultura local.
En general, este autor apuesta por las instancias cerradas, los cuales emplean al muro para definir sus límites. De tal forma, estas se perciben como apropiadas, seguras, aisladas y tranquilas. La membrana vertical rompe con las dinámicas del entorno, forja en el interior una nueva atmósfera alejada del ruido y el caos externos. La articulación de los espacios se proyecta a favor de un ensimismamiento del cuerpo edilicio, cual introspección monacal. Sin lugar a dudas, obra y ambiente no constituyen el mismo ente. Los vínculos establecidos entre ellos se dan a partir de componentes naturales como puede ser la entrada de luz a través de los vanos y los juegos de sombras que se producen a causa de ello. Estos salvan al ejemplar de ese aspecto monolítico e infranqueable.
EL ESPACIO VIVO. SANAA (SEJIMA KAZUYO Y NISHIZAWA RYŪE) — 2010
en Japón, en el año 1995, por Sejima Kazuyo (1956) y Nishizawa Ryūe (1966). Se trata del único despacho nipón de arquitectura galardonado, hacia el 2010, con el premio Pritzker.
La trayectoria de SANAA, entre la generación de la postburbuja, se sabe deudora del trabajo de los maestros japoneses de la década del 60´, de los movimientos Metabolista y Moderno y de las estéticas minimalista y brutalista. Si bien esta se nutre de la savia del pasado arquitectónico nacional, esto no incide directamente en el resultado visual de su quehacer. Por el contrario, ofrece algunos de los diseños más cosmopolitas que se desarrollan en el país. Estos se caracterizan por la predilección por las formas sencillas, las cuales se revisten con vidrio o acrílico bajo una armazón de acero y, ocasionalmente, hormigón armado. Todo ello desemboca en conjuntos estilizados y dinámicos. Esto se constata en la desaparición del muro y la plurifuncionalidad de las instancias interiores, las cuales pueden reasignarse según los intereses del usuario. De tal forma, se tributa a la noción del edificio como un ente vivo y en constante transformación y adaptación a las exigencias del medio. A esto también aporta significativamente la implementación de diagramas.
La obra de SANAA está signada por el interés de elucubrar tipos novedosos
de relaciones espaciales. Aunque el edificio funciona como un cuerpo autónomo y brinda protección ante la turbulencia de la vida en sociedad, el espacio “cero” se reduce a la transparencia de la placa de vidrio o acrílico, lo cual equivale a la supresión del mismo en tanto barrera. La construcción resulta plenamente franqueable: si bien no se imbuye en las dinámicas del exterior, tampoco se priva de la contemplación de estas. Eso se traduce en un doble signo. Por un lado, la imposibilidad física de experimentar el exterior en el área interna del inmueble. Por otro, la capacidad de abarcar visualmente ambos espacios. Por ende, la articulación espacial se establece mediante transición nuevamente.
LA LIQUIDEZ DEL ESPACIO. ITŌ TOYO’O — 2013
el premio Pritzker del año 2013.
Su proceder se halla atravesado por una diáfana vocación teórica. En este
campo, Itō desarrolla varias de sus principales aportaciones a la manifestación. En ese sentido, constituye una de las figuras cimeras en la llamada arquitectura líquida. Así, identifica en esta un modelo de entender la contemporaneidad, sustentado en las facultades para imprimirle a la realidad fáctica una materialidad distinta. Se trata de una metáfora en aras de describir las posibilidades de los espacios de transformarse, mutar, adaptarse, como un líquido, a los cambios impuestos por el medio circundante y por los nuevos esquemas de vida.
La concepción espacial de este autor está mediada por el hecho de que la
arquitectura pierde su intención de permanencia, se comporta como un objeto de consumo más. Las dinámicas tradicionales de habitar son fragmentadas y diseminadas por el recinto urbano, la vivienda únicamente es el receptáculo para pernoctar. Ante tal panorama, Itō explora la imagen física de la ciudad (y sus edificaciones) en la etapa digital. De ese modo, muchos de sus trabajos buscan fusionar el mundo fáctico con el virtual.
Sus fórmulas de concebir el espacio rebasan el debate entre lo natural y lo
artificial. En la era de la microelectrónica, la nanotecnología y la simulación, las nuevas relaciones las dictan las concomitancias entre lo “real” y la construcción digital. Se trata de un espacio aparente, tácito que se introduce a partir de las consolidadas instancias físicas. No obstante, se procura borrar las huellas de enunciación entre ambos: al final, sus respectivas y disímiles naturalezas no los excluyen como componentes del constructo entendido como “realidad”.
EL ESPACIO DE CONTINGENCIA. BAN SHIGERU — 2014
Pritzker, hacia el año 2014.
Su labor expone una simbiosis creativa de la tradición constructiva regional, la poética del reciclaje y la admiración por los materiales no convencionales, perecederos, simples como el papel, el cartón y el plástico. Muchas veces, evita el empleo de maquinaria pesada, sofisticaciones o audacias estructurales gratuitas y vaciadas de sentido o función. Asimismo, su quehacer expresa un marcado perfil antropológico y humanitario. Debido a la rapidez con la que se ejecutan sus proyectos, la capacidad de desmontarlos y lo económicos que resultan esos materiales prefabricados y reutilizados, se han implementado como paliativos temporales ante situaciones de desastres que han afectado la infraestructura habitacional.
Su desempeño apuesta por una relación espacial determinada por lo plegable de las estructuras y el proceso de entropía a que se someten (los componentes proceden del entorno y, como detritus, a este se vuelven a integrar). De ahí que el influjo de lo natural no solo se perciba en los materiales que participan en la obra. Además, las características inherentes a estos aunadas a las escasas o nulas intervenciones sobre ellos conllevan a la existencia de aberturas, vanos que, espontáneamente, posibilitan la entrada de luz, ventilación. Los espacios, más que construidos, son reajustados a la contingencia que impone el momento.
EL ESPACIO AFECTIVO. ISOZAKI ARATA — 2019
Pritzker, en el 2019.
Su repertorio advierte la influencia de muchas de las vanguardias y corrientes más visibilizadas en materia arquitectónica durante los últimos decenios. En ese sentido, este exhibe un fuerte matiz ecléctico y no resulta posible adjudicarlo a fórmulas o visualidades preexistentes, sino que cada ejemplar es diferente y no reproduce esquemas preestablecidos. De tal modo, se sacrifica lo que pudiese denominarse “estilo propio” en aras de que la edificación cumpla sus funciones y se ajuste a las demandas del medio, de los usuarios. Cada proyecto recoge una respuesta específica a un contexto único e irrepetible.
Sus obras muestran una aplicación consciente y expresiva de los principios
del ma japonés y de la riqueza semántica del vacío. De tal forma, “lo importante en su obra no son los objetos (muros, pisos, techos o ventanas), sino el espacio afectivo que aparece entre ellos” (1). El espacio “cero” se halla diáfanamente perfilado y en él radica buena parte del atractivo de su producción. Este recrea interesantes efectos visuales. De tal manera, su percepción cambia a la vez que también lo hace el ángulo desde el cual se contempla. Es así como en esa meticulosa vocación de trazar y consolidar, las marcas de disyunción enrarecen las relaciones interior-exterior.
La cualidad espacial es una noción inextricablemente unida a la arquitectura. La variante japonesa, desde períodos anteriores, viene consolidando alrededor de esta unas lógicas y dinámicas que traducen las condiciones objetivas y subjetivas de esa porción del este asiático. Las generaciones de arquitectos emergidas a partir de la segunda mitad de la pasada centuria así lo patentizan. Tal es el caso de los ocho arquitectos condecorados con el premio Pritzker. Estos exhiben una visualidad heterogénea y plural. No obstante, ninguno deja de lado el abordaje de las relaciones espaciales en sus proyectos pues, de ser así, negarían su propio quehacer. En cuanto a los modos en que estos expresan las dialécticas ambientales, sobresalen tres: relaciones espacios natural-artificial, natural-antropológicamente intervenido o artificial-digital. Respecto a las espaciales, se advierte igual cifra: relaciones por transición, yuxtaposición o cerramiento. A todo ello tributan las formas de disponer los planos compositivos, el diseño de la planta y la incidencia de agentes atmosféricos como la iluminación, el viento, la lluvia.
En síntesis, la arquitectura de estos, como la de muchos de sus
connacionales, genera espacios, y vacíos también, impregnados de sensibilidad y expresividad. Estos no solo persiguen paliar las necesidades que instan a su concreción, sino de formular nuevas relaciones que no anulen la riqueza y las potencialidades de ese espacio “cero”.
NOTAS
1- Toledo, Rodrigo. «Arata Isozaki: el genio japonés de la arquitectura.» Revista Axxis. 3 de mayo de 2019. https://revistaaxxis.com.co (último acceso: 6 de julio de 2021), página 1.
BIBLIOGRAFÍA
«Arquitecto Fumihiko Maki: el incombustible japonés errante.» Arquitectura y
empresa. 17 de junio de 2021. https://arquitecturayempresa.es (último
acceso: 6 de julio de 2021).Castro Marcucci, Andrea. Aproximaciones a la definición de la arquitectura
líquida en las estrategias proyectuales de arquitectos japoneses contemporáneos. Tesis de maestría, Barcelona: Escuela Técnica Superior de Arquitectura, 2021.Couceiro Núñez, Teresa. El espacio de transición entre el interior y el exterior en la vivienda. Estudio a través de la relación interior-exterior. Tesis doctoral,
Madrid: Universidad Politécnica de Madrid, 2001.Oguri Campos, Leticia, y Linda Emi Oguri Campos . «Manifestaciones del
pensamiento japonés en la arquitectura de Tadao Ando.» Revista
humanidades, 2019.«Pritzker y el esplendor de la arquitectura japonesa.» Obras por expansión. 25
de marzo de 2014. https://obras.expansion.mx (último acceso: 6 de julio
de 2021).Ruiz Esteban, Núria. En los límites de la arquitectura. Espacio, sistema y
disciplina. Tesis doctoral, Barcelona: Universidad Politécnica de Cataluña,
2013.Saito, Keiko Elena. Arquitectura y ambiente. Una mirada renovada sobre los
conceptos Ku, Oku y Ma. Tucumán: Universidad Nacional de Tucumán,
2013.Thomas, Raymond. El Zen y las artes japonesas. Barcelona: Edicomunicación,
1986.Toledo, Rodrigo. «Arata Isozaki: el genio japonés de la arquitectura.» Revista
Axxis. 3 de mayo de 2019. https://revistaaxxis.com.co (último acceso: 6
de julio de 2021).Vallés González de Quevedo, Ana. Ma, Engawa y Saikoo. Tres conceptos
interpretados en tres casas japonesas. Trabajo de fin de grado, Madrid:
Universidad Politécnica de Madrid, 2018.