Fotogramas del Preludio: intercambio prudente junto a Esterio Segura Jr.

La Jeringa
10 min readJan 11, 2025

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Por: Ramsés García García

En una gran parte de los casos, durante el primer romance con la vocación, se experimentan matices que pueden o no enriquecer la temprana consolidación de la proyección profesional de manera individual. En el siempre controversial caso de los artistas, la duda asalta continuamente con la interrogante: “¿Nacen o se hacen?” Sin embargo, no es objetivo de esta breve intervención ofrecer una respuesta. Más bien, relatar un ejemplo concreto y compartir, con su autorización, algunas migas de cotidianidad decisiva para sus inicios creativos.

Iluminación:

A los nueve años y aún residente en Madrid, Esterito — diminutivo usual entre sus familiares y amigos — ya tenía incorporada entre sus más cercanas costumbres, la de visitar las salas de cine junto a su padre. Dicho ritual se tornaba siempre esperanzador, connotaba el reencuentro casi mensual que procuraba efectuar su figura paterna a pesar de las posibles dificultades. Al menos una semana del mes estaba reservada para las aventuras de este interesante dueto y, cómo no, reflejar las enseñanzas del maestro junto a las retribuciones del aprendiz, en un sensible contrapunto articulado en pasajes de buenos tiempos.

Fotos: Cortesía del Entrevistado

Cada encuentro parecía tener el mismo modus operandi, antes de asistir a la proyección escogida, era necesario deleitarse con sushi. La película quizás dejaba un poco que desear, pero el sushi con papá carecía de fallos. Para una edad tan temprana, intentar comprender esos momentos más allá del ocio puede resultar algo complejo. Pero fue la forma en que esta vez el mayor entre los dos Segura abordó la propuesta, lo que convirtió una simple tradición en el nacimiento del sujeto creador: “Terminó la cena, ahora veremos el séptimo arte”. El niño confundido pide explicaciones inocentes ante su repentino cambio de planes, “¿ya no iremos al cine?”. La respuesta recibida funge como el detonante de su motivación: “Es el cine el séptimo arte, y se debe a que a pesar de ser el más joven respecto a las otras manifestaciones, es el resultado de colocarlas a todas juntas.

Ocurre la iluminación: “Papá, quiero ser cineasta”.

Esterio Segura Jr. (Madrid 2003). Artista visual decantado al cine, producto de sus estudios multidisciplinarios dentro de la educación artística. Su vida se ha fraccionado en estancias en Madrid, La Habana y Estados Unidos, sin embargo asegura sentirse completamente cubano en toda la expresión del gentilicio. El pasado jueves 28 de noviembre, realizó su primera exposición personal de carácter multifacético, ubicada en los espacios del estudio de su padre (Esterio Segura Mora). Las siguientes preguntas responden inicialmente a una síntesis del cortometraje “Habitación #2”, estrenado en la mencionada muestra. Luego, profundizar en las proyecciones individuales de Segura Jr. dentro del medio artístico.

Respecto a “Habitación #2”:

En referencia a lo que manifiesta el cortometraje, yo creo que no es un proceso creativo lo que yo intento ejemplificar, sino más bien es como el proceso de una persona que se rehúsa a manifestar su historia, a vivir su vida o crear su camino. Vive constantemente consumiendo historias de otras personas, de terceros, leyendo libros, por ejemplo, lo cual fue durante mucho tiempo mi caso. A mí me daba mucho miedo escribir porque me gustaba mucho leer y muchas veces me refugiaba en libros externos antes que empezar a escribir. Y eso es lo que quiero manifestar en el cortometraje.

Este tipo de bloqueo en el que te pones delante de una computadora y te pasas dos horas mirando el ordenador, nunca lo he experimentado. He sentido el hecho de mirar la computadora y que me de asco. O mirar en la máquina de escribir un papel con una hoja y ver que me da asco la hoja. Pero aun así lo he hecho.

Creo que más o menos por ahí van los tiros con respecto a lo preparativo.

Tu producción abarca varias disciplinas como la pintura, la música, literatura y finalmente el cine ¿Cómo logras integrar estas diferentes formas de expresión y qué sientes que cada una aporta a tu discurso artístico?

Yo creo que todas las integro mediante el mismo discurso de la cinematografía. Primero hago cada una de esas cosas porque creo que necesito hacerlas, necesito expresarme en cada una de esas maneras. Escribir, música, pintura, etc.

Yo creo que cada vez que hago un cuadro es imposible no imaginarme el sonido detrás o no imaginarme una asociación de planos. Cada vez que hago cualquier cosa de música es imposible no hacerlo con el sentido de imaginarme imágenes o asociación de imágenes, que al final, es lo que es el cine. Y cuando escribo, por ejemplo, cada vez que termino un cuento, hace la doble función de cuento-guión. Están terriblemente condenados a convertirse en algún punto en cine si es que puedo hacerlo y lo administro bien, es un poquito complejo muchas veces.

Y al mismo tiempo es una facilidad porque cuando me canso de hacer algo voy para otra cosa y ya está, ¿sabes? Cuando no tengo ganas de escribir, tranquilo, puedes pintar. Si no tienes ganas de pintar, tranquilo, puedes componer. Si no tienes ganas de componer, tranquilo, puedes hacer fotografías. Si no tienes ganas de hacer fotografías, mira, vamos a hacer unos planos. Si no tengo ganas de escribir un cuento, escribo un guion. Y así, sucesivamente.

Gracias a mi educación, tengo la capacidad de expresarme de manera que yo vea más fácil, más simple, en dependencia de lo que yo necesite decir.

Y me gustaría en algún punto, si es que el tiempo y la vida me dan, poder manifestarlo todo… y el dinero también, porque el cine es caro. Poder manifestarlo todo en un discurso cinematográfico, eso espero.

Pero sí, definitivamente, por ahora hay ideas y cosas que toco de manera completamente aislada en cada una de las manifestaciones. No creo que el discurso se una demasiado en una con otra. Yo mismo creo que las pocas personas que han visto mi obra han percibido que, por ejemplo, mi obra pictórica y mi obra cinematográfica no coinciden, son estilos completamente distintos.

No tienen una relación más allá del futuro culmen en la cinematografía. No los he juntado. Por ahora estamos separaditos, y de vez en cuando yo me salgo, hago cine, y digo, uy, déjame coger un poquito de este de aquí, un poquito de este de allá, y lo voy a meter por acá.

Así como que no quiere la cosa. Pero al final el término del discurso es completamente distinto, así que ya no es la misma obra. Pero sí, definitivamente yo cojo, en dependencia de lo que sienta o necesite expresar, utilizo una herramienta o la otra.

Siendo hijo de un referente de la plástica cubana ¿Cómo influye su legado actual en tu obra?, ¿Buscas encontrar tu propio camino dentro del arte o te sientes tentado a seguir sus pasos de alguna forma?

Yo diría primero que todo que para mí es mi ídolo, simplemente. Para mí mi padre es lo más cercano que yo tengo a Dios. Es un punto a seguir, un punto a ver. Es una persona que me ha regalado no solo sus cosas buenas, sino sus cosas malas. Es mi mejor amigo, mi maestro, mi profesor y es mi padre, ¿sabes? .

Mi padre, lo primero que me enseñó y lo primero que me influyó, sobre todo de verlo, es la voluntad de trabajar y la voluntad de cómo lograr las cosas, de cómo desear las cosas, porque hay maneras muy específicas de desear. Hay un deseo pasivo y un deseo activo.

Mi padre y yo deseamos activamente: Ok, vale, quiero esto. Para llegar ahí son 150 pasos ¿Cuál es el primero?

Sobre todo eso y la manera en la que me ha enseñado a ser agradecido por todo lo que tengo y todo lo que he podido hacer. Sobre todo tener la oportunidad de hacer arte. Hemos vivido por, para y con el arte, y le agradezco que mi vida haya sido fundada, creada y manifestada de esa manera. Solo por, para y con el arte.

En cuestiones ya de, de referencia artística, mi padre y yo somos muy distintos en esa manera. No creo que yo lo note como un referente de su manifestación de arte. O sea, su pintura, su técnica, no me influyen tanto, sino que me influye su forma de ser artista. Su forma de crear, su forma de abrazar su frase: Yo cojo la musa por los cojones y la bajo cuando me dé la gana

Pero ya quitando la manera de ser artista o la manera de moverse en el medio del arte, o de moverse en el mercado, yo soy bastante distinto en mi estilo, incluso en lo que toco. Yo no creo que hayamos coincidido en algún punto. La verdad es que vamos por caminos muy distintos en lo que respecta a la significación de nuestra obra y las implicaciones de la misma.

¿De qué manera tu formación (homeschool) ha influido en tu estilo artístico y en tu enfoque hacia la creación, comparado con la educación artística más convencional?

Lo principal que puedo decir sobre mi formación con respecto a la educación homeschool, es tener la oportunidad de estudiar cine, o sea, una educación dirigida para crear cine de manera muy temprana, como un nivel medio para cine, lo cual no existe en ninguna parte del mundo.

Pero bueno, yo creo que es una súper virtud que hayamos tenido, o que yo haya tenido la oportunidad y la suerte de estudiar, de tener una educación tan abarcadora en cuestión de manifestaciones. También hay un punto que para algunos puede ser negativo, para mí en cierta manera es positivo, que es la ausencia de competitividad, más que la competitividad conmigo mismo. Yo ser mejor todos los días. No tenía eso que hay en las escuelas, la mayoría de las veces que es la competitividad entre alumnos. Era yo conmigo mismo y decir: vale, hay que pinchar, hay que pinchar, hay que pinchar.

Sin embargo tenía mucho la ausencia de iguales, porque sí, hablaba mucho con mis profesores, con mis amigos, pero no era lo mismo, ¿sabes? No tenía esa persona al lado que está en la misma situación que yo, lidiando con las mismas cosas que yo, y no hubo un diálogo durante ese proceso. Creo que eso es lo que más me faltó, realmente

Todo está a tu disposición, no tienes más nada que pinchar tú. Y eso algunas veces puede que suene un poquito a niño mimado, pero es sobrecogedor, definitivamente, porque la presión de: todo depende de ti, es muy especial cuando tienes 15, 16 años. Hubo muchos momentos en los que estaba muy estresado diciendo: coño, tengo que salir, tengo que ser lo mejor que pueda porque me están aportando la oportunidad de ser el mejor que puedo. Y el sentimiento de eso es malo, no se siente bien, no es una experiencia divertida, pero es una experiencia que da buenos resultados.

Pero lo que me faltó sobre todo fue el diálogo con otros alumnos, otras personas que estuvieran pasando por el mismo proceso de aprendizaje que yo.

¿Qué esperas que los espectadores obtengan de tu arte?

Yo creo que la mayoría de las personas esperan encontrarse a sí mismos de alguna forma dentro del arte, que se identifiquen con él en algún punto. Que piense sobre él, que piense gracias a él, que provoque algo y que se encuentre en un plano, se encuentre en la historia, se profundice, se quede dentro de ella hasta su término.

No soy un artista con las pretensiones de que las personas no entiendan mi arte o sobre conceptualizar el arte de una manera que el público normal no lo entienda. Yo creo que lo genial sería llegar a un punto en el que mi arte sea intelectual, conceptualmente avanzado y profundo, pero que cualquier público, da igual su nivel de educación o de comprensión: si es cinéfilo, si no es cinéfilo, si no le gustan mucho las pinturas, lo pueda ver y quizás no comprender del todo, pero sí por lo menos quedarse atrapado un ratito dentro de él. Yo creo que ese es el objetivo, que todo el mundo sea capaz de apreciar la obra y que se encuentren pedacitos de ella siempre que puedan.

Yo creo que una obra está bien hecha cuando no necesita ser explicada.

Y eso es lo que yo quiero que la gente entienda y que la gente vea mi obra. Que la obra exista por una parte y por otra. Incluirme dentro del proceso de admisión de la obra.

Me gustaría que también el público recibiera como parte de los pedacitos de mi alma que yo considero que son mi obra. Que si no me conoce a mí, por lo menos que la conozca a ella. Que al final es como conocerme una parte de mí. Me gusta que reciban eso.

Que provoque algo en la cabeza. Que no se quede solo ahí, en imagen, en sonido, una palabra, un cuadro o un color. Que evolucione dentro de la misma mente del espectador a otra cosa. Y eso me parece hermoso.

Esa es la belleza incluso de leer. Que un libro para todo el mundo es distinto, una película también, porque todo el mundo ve cosas distintas. Me gusta que las personas puedan ser capaces de ver cosas en mi obra que yo ni siquiera puedo ver. Que sean capaces de hacer análisis que yo no he hecho. Y me gusta que reciban eso.

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