La creación y el inconsciente en Eureka: Galería Acacia
Por: Ronaldo Hinojosa Valdés
La creación artística representa un desafío a raudales que involucra varios actores. El proceso creativo se erige como uno de ellos al constituir la causalidad del resultado final en la obra de arte. Así lo define la frase pronunciada por la escritora estadounidense Julia B. Cameron al afirmar lo siguiente: “El proceso de creación es un proceso de entrega y no de control”. La entrega es una condición neurálgica en la trayectoria artística de Nelson Villalobos, con una vida en la cual el Arte encarna más que una simple afición. Vinculación Excelsa y Dominio Infinito serían los términos para definir el estado creativo constante en que Villalobos vive, y más allá de esa condición vívida, se encuentra en un estado de dedicación plena y compromiso artístico intelectual.
Eureka, su reciente muestra inaugurada el pasado 5 de septiembre, condensa su prolífica y versátil obra con más de cien piezas de madera, cartulina, papel, lienzo y subterfugios de procedencia animal o vegetal en modo instalativo. En suma, esta exposición integra un mosaico amplio de obras a tono con la exuberante producción artística de Villalobos. El imperativo de la creación y el inconsciente encierran el hallazgo principal de Eureka.
Los enfoques teóricos psicológicos nos otorgan un punto de partida para comprender estos imperativos en la obra de Villalobos, puesto que estos contribuyen a destapar el sustrato de la creatividad y su relación con el inconsciente. La Psicología Analítica de Carl Gustav Jung y sus seguidores figuran como punta de lanza en este análisis, partiendo en este caso, del artículo El arte y su poder transformador. Inconsciente, emociones y creación según la perspectiva junguiana[1], concebido por la Dra. en Psicología Social, Rocío Hernández Mella, y egresados de la carrera de Psicología del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC).
En primer lugar, encontramos la máxima planteada por Jung al decir: “Haríamos bien en considerar el proceso creador como un ser vivo implantado en el alma del hombre”. Esta expresión manifiesta la naturaleza del proceso creador de Nelson como una planta que florece en el suelo fértil de su alma y su espíritu humanos, en el sentido amplio del término.
En segunda instancia, defiende Jung la cualidad creativa del inconsciente vinculado a la fantasía, entendida esta última como “el lugar maternal creativo del hombre” (Ostfeld, 2006), definición que ilustra la creación como un proceso reproductivo del inconsciente en relación con la figura materna. La serie “El Jardín de Mamá”, realizada entre 2019 y 2020, ubicada en la sala que corresponde a la entrada principal, refleja la aseveración de Jung al mostrarse el diálogo de la creación a partir del inconsciente. Este diálogo se aprecia en la relación que existe entre los motivos marinos (molusco, caracol) comentados por Villalobos en la carta a su madre del 22 de noviembre de 1992, y que 27 años más tarde, se constatan en la serie antes mencionada, sin una planificación previa.
En un tercer momento, se afirma en el artículo que en el proceso creador, el artista y el público sensible son capaces de identificar una cualidad seductora en la obra de arte, así como, la condición expresiva que emana del arte moderno al percibirse el predominio del proceso interior que vive el artista, sustituyendo el objeto exterior por un derivado subjetivo. Corroboran esta visión, las sentencias siguientes de Jung, que define:
(…) el criterio para que sea arte es que logre atraparte (Jung, 2012, p. 57). (…) de manera inevitable este proceso desvía el interés fuera del objeto hacia el sujeto y, en vez del objeto real, es el objeto interior el que se convierte en portador de los valores (p. 59). (…) de esta manera, el arte moderno nos conduce lejos de esa amplia disgregación de la libido en el objeto exterior hacia esa fuente creativa en nuestro interior, hacia esos valores internos (p. 60).
En correspondencia con lo anterior y tomando como ingrediente adicional los valores internos, la muestra recrea esas cualidades intrínsecas en el artista, mediante la convergencia de las ciencias imaginadas (antropología, etnografía, historia, geografía, entre otras), al decir de su curadora Teresa Toranzo Castillo, en un viaje entre la evolución y lo imperecedero, desde lo arcaico hacia lo postmoderno, presente en las obras que comprenden las salas posteriores.
En cuarto lugar, destaca el planteamiento del psicólogo Norman Duncan que se entrelaza con la multiplicidad de soportes empleados, al decir que:
Asimismo, conviene trabajar con medios artísticos diferentes, de manera que el individuo logre encarnarse, lo que quiere decir comprometerse a entrar en la imagen suscitada y dejarse invadir por el símbolo en todos sus sentidos. Es por igual atreverse a dialogar o entrar en relación con las otras imágenes importantes para la expresión creativa encontrada y la escucha de las emociones implicadas en la situación (Duncan, 2007).
Estas distintas variaciones del soporte implican una riqueza de signos que desde lo plástico ostentan una condición vívida al dialogar, no solo con el despliegue de emociones al interior del artista, con el público que participa activamente desde la contemplación y la reflexión.
Como último elemento, sobresalen las expresiones de Sixto Castro, el cual enfatiza el papel de las emociones en la obra de arte, al declarar que:
La obra de arte representa el proceso de confección de un objeto material y, según la forma en que este se perciba, logrará expresar y transmitir un mensaje de forma física, aunque de contenido espiritual. Incluso, buena parte del valor que se le concede a un objeto artístico tiene que ver con su capacidad de despertar, evocar o generar emociones. A este fenómeno se le conoce como “el valor expresivo de una obra de arte” (Castro, 2017, p. 2).
Valor expresivo es el apelativo clave para adentrarse en el universo plástico de Villalobos debido a que sus piezas conservan una amplia carga de contenido espiritual y una capacidad de evocar un cúmulo de emociones en el espectador, vivenciadas en la reciente entrega de Galería Acacia. Unido a esto Castro nuevamente comenta que:
Asimismo, una obra de arte expresiva encarna la emoción de la persona que la confeccionó a través de un modo particular, y es esta realización la que interesa al público. Al involucrarse en una experiencia creativa, el individuo transforma un objeto cotidiano o una vivencia o idea en una obra con significado y esto es lo que la constituye en obra de arte (Castro, 2017).
La obra “Los guerreros” (1997) y las correspondientes a las series “La suma permanente de la identidad” (2024), “Eudaimonía” (2018) y “El viaje” (2020) representan la emoción compartida por el artista en cada uno de los momentos en que fueron concebidas, así como, la transformación de un objeto, vivencia o idea en una obra de arte significada. “Los guerreros”, pieza integrada por 4 paneles verticales, proyecta un conjunto de signos, en una relación fondo-figura, en la cual las figuras sobresalen por encima del fondo, como si tratasen de comunicarse con quien las mira, con una serie de motivos marinos que hablan del vínculo de Nelson con el mar y las posibilidades sígnicas que el mismo le ofrece. En tanto, las piezas pertenecientes a las series apelan a un juego sugerente entre título y objeto artístico. Quizás el más notable es el de la serie “Eudaimonía”, término griego asociado al bienestar y al bien supremo, contrastado con un juego de planos de colores, definidos, y a la vez integrados, unos con otros. Sin embargo, ninguna obra resulta tan impactante, por la riqueza sígnica y la carga emotiva y espiritual, como la obra que intrega la serie “La suma permanente de la identidad”, la cual a manera de mapa etnográfico compone el complemento constante de la identidad humana, desde la emoción y la experiencia personal, hacia la visión adoptada y arropada como suya en el espectador.
Finalmente, Eureka es un acierto ex profeso del equipo de trabajo de la Galería Acacia, en especial de la curadora Teresa Toranzo Castillo, y por supuesto, la inventiva constante de Nelson Villalobos. El montaje curatorial es prueba de ello al suprimir cualquier texto de declaración curatorial por el testimonio de dos cartas que funcionaron como hilos conductores de las obras dispuestas en la sala inicial e Intermedia. El leitmotiv de esta exposición es este hallazgo creativo inconsciente declarado por el propio Nelson a su madre, y por Servando Cabrera, al vaticinarle un estilo, que dejó vestigios desde sus inicios y que posteriormente maduró para dejar su huella indeleble en la Historia del Arte Cubano.
Bibliografía
Castro, S. (2017). Una aproximación al complejo emotivo del arte. Aisthesis. 62(4), 67–83.
Duncan, N. (2007). Trabajar con las Emociones en Arteterapia. Arteterapia. Papeles De Arteterapia Y Educación Artística Para La Inclusión Social, 2, 39–49.
Jung, C. (2012). Introduction to junguian psychology. Inglaterra: Princeton University Press.
Ostfeld, T. (2006). Creación “psicológica” y “visionaria” arquetípica. Una perspectiva desde la Psicología Analítica junguiana, [en línea]. Recreart. Recuperado de: http://www.iacat.com/Revista/recrearte06.htm.
[1] Rocío Hernández Mella y egresados de Piscología del INTEC: “El arte y su poder transformador. Inconsciente, emociones y creación según la perspectiva junguiana” en Ciencia y Sociedad, vol. 45, núm. 1 (2020): 25–34.