La Incontinencia
Por: Ray Veiro
Uno
Detrás de los cardones pudiera estar mi forma de la infancia y el gesto indócil de clavar una espina en el corazón de la planta. Brota la leche blanca por el esqueleto verde del cactus y mi forma de la vejez grita: cuidado con los ojos que te quedas ciego.
La forma que soy ahora tiene un ojo-ciclope para mirar todas las demás formas que nunca podrán contenerme. La forma que soy ahora se ha quedado inmóvil mientras un niño-cactus clava una espina por dónde debe estar situado, humanamente, el corazón.
Dos
La partera saca los restos de su vagina. Y lame la placenta. Pero a la forma-madre le han inyectado agua en un hospital innombrable. Y el dolor no cesa. La partera continúa haciendo todo lo que su memoria indica. Pero la forma-madre empieza a chorrear(se).
Finalmente la partera se aleja con la forma-hijo entre los cardones para que no recuerde con su ojo-ciclope cómo sucede la incontinencia.
Tres
La lluvia no cesa. El dolor no cesa. Caen in-gloriosos y arrepentidos los pedazos de concreto.
Cráneo roto. Trepanación/ablución. El concreto milenario cubre en escombros el cuerpo de la ciudad. El desgaste no cesa. El hematoma no cesa. Inflamación/explosión.
Mira esta herida que es tu herida, me la han abierto por ces-área a patadas
en el parque bajo los escombros mientras llovía. ¿Quieres detalles de los pateadores? Él (concreto) miente sobre mi embarazo de jutíaconga desterrada. Los pateadores lo han tumbado para que no quede evidencia.
Culpan a la lluvia.
