La obra del artista Moisés González: un diálogo entre arte y vida

La Jeringa
3 min readJun 19, 2024

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Por: Alany Suárez Chávez

El pasado lunes, la galería Jeff Art Plus concibió en su espacio un conversatorio con el artista cubano Moisés González, poseedor de una basta trayectoria dentro del panorama artístico del país y una obra que es imposible deslindar de los caminos por los que ha transitado a lo largo de su vida.

Cortesía de la Galería Jeff Art Plus

La evolución artística de Moisés va desde sus trabajos con la taracea, la creación de los humidores que han formado parte de diversas subastas y le permitieron representar a Cuba en varios eventos en el extranjero, así como su promoción y venta lo que condujo a la donación de miles de dólares para la salud cubana. En su más reciente exposición “Código 60” el artista condensa las experiencias vividas en el plano profesional y personal, muestra en la que destaca el uso recurrente del color rojo en alusión a un deseo de querer pintar con sangre propia.

El artista para pintar en lienzo solo necesita de las historias que de manera subjetiva narra en sus piezas. Las mismas han sido testigo de su huella por el mundo, de sus preocupaciones y de su manera de afrontar la realidad. El rojo, al convertirse en color esencial, simula la fuerza interior que posee el artista, la cual toma influencia de nuestro Wifredo Lam y de otras figuras representativas del Surrealismo como Joan Miró, en piezas como “No me despierten” (2024) o “Musas sobre mi ciudad” (2024). En esta última, así como “De dónde vengo” (2024), destaca la representación de figuras femeninas, pues para el artista la imagen de su madre es un claro referente a la hora de crear. El lenguaje subjetivo que utiliza Moisés posee la fuerza vital de un hombre que se cuestiona los problemas existenciales de la vida y de los sucesos que ha vivido desde su nacimiento en el año 60, período transformador de la historia cubana.

González resulta doblemente peculiar al ser un creador que asume el arte desde una perspectiva narrativa y lo hace desde sus propios conocimientos como autodidacta. Por tanto, Código 60, narra un camino difícil que le ha tocado atravesar a su protagonista. La manera en la que se narra esa historia es desde un lenguaje propio en el que se revela lo aprehendido en años de vida y trabajo. Esta exposición abre las puertas para la creación de nuevas narraciones: es una muestra que impulsa a nuevas ideas creativas. Sin duda alguna, acercarse a sus piezas requiere de una sensibilidad especial, pero cuando se conoce su historia, aquella en la que vivió la guerra en el continente africano, la vicisitudes por las que atravesó cuando regresó a Cuba o las veces que estuvo privado de libertad, el espectador puede ser capaz de comprender entonces el por qué de esas figuras que, como en la obra “Moisés” (2024), no son más que códigos sobre sí mismo.

La charla con el artista permitió un acercamiento a sus procesos creativos y a su historia de vida. Moisés asume el arte no solo como una expresión estética, sino también como una ventana a su propia subjetividad, a su trayectoria, a los procesos vividos mediante los cuales hace un llamado a la expansión del universo visual y a la creación de una sensibilidad empática

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