Lecturas Compartidas: Historias que transforman en Comunidad
Por: Paola Sánchez Valdés
Elizabeth, una apasionada lectora y coordinadora del club de lectura: Marisabidillas, ha estado fomentando el amor por la lectura en nuestra pequeña comunidad desde el mes de junio. A través de esta entrevista, exploraremos cómo este club ha impactado a sus miembros, las lecturas que han resonado más profundamente, los beneficios que pueden traer pertenecer a un club de lectura, qué motivó estos encuentros literarios, entre otros. A través de esta entrevista, esperamos descubrir no solo el valor de la lectura compartida, sino también las conexiones humanas que se forjan entre las páginas de un buen libro.
¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
Lo que más me gusta hacer en mi tiempo libre es… leer (seguro que no lo esperaban). Cuando no estoy leyendo veo videos en YouTube con recomendaciones de lectura y descargo libros de sitios piratas. En el tiempo que me queda veo películas y series, camino, voy a la playa, le tiro fotos a mi gato mientras duerme, juego Scrabble con mi madre y salgo a cantar en karaokes con mis amigos.
¿Por qué te interesa hacer un club de lectura?
Por muchas razones, aunque quizás la más importante sea la nostalgia que sentía por mis días en la universidad: durante cinco años mi vida consistió en hablar sobre libros rodeada de personas que amaban la literatura tanto como yo. Extrañaba leer en grupo y tener con quién conversar sobre una novela, obra de teatro o cuento que me tuvo sin dormir durante toda la madrugada y semanas después todavía no podía sacar de mi cabeza.
¿Qué te motivó a tener estos encuentros literarios?
Después de graduarme de Filología comencé a seguir a una youtuber mexicana, Alejandra Arévalo (@soy_sputnik), ella creó un club de lectura llamado “Libros Before Tipos” donde solo leen mujeres, y quizás desde ese momento comencé a soñar con pertenecer a una iniciativa similar. La experiencia de Alejandra y la mía tiene puntos de contacto: ella también estudió una carrera enfocada en la literatura (en su caso, Letras Mexicanas) y notó desde sus años universitarios cómo las autoras contemporáneas eran relegadas a un segundo plano y apenas se estudiaban sus obras dentro del plan de lecturas de la carrera. Guiada por sus recomendaciones descubrí a escritoras latinoamericanas maravillosasque no conocía como Mónica Ojeda, Mariana Enríquez, Isabel Zapata, Giovanna Rivero, Liliana Colanzi, Jazmina Barrera, Rita Indiana y muchas otras. Busqué información y supe de círculos de lectura en países como Argentina, España, México, Estados Unidos y Canadá. El año pasado me incorporé alposgrado de Diseño y Gestión de Proyectos Comunitarios impartido por el CIERIC y allí compartí por primera vez la idea de comenzar un club de lectura. En abril me senté a leer en la Casa de la Poesía en la Habana Vieja y visualicé cómo sería reunir a un grupo de personas que simplemente hablan sobre sus experiencias de lectura. Un mes después creé la cuenta y lancé un primer video comentando un poco la idea, fue increíble la buena acogida que tuvo, por lo visto muchas personas también estaban esperando que surgiera un círculo de lectura en La Habana.
¿Cuál es tu principal objetivo con este club de lectura?
Un concepto que aprendí hace algunos años fue el de “tercer espacio”: un lugar que no es la casa, el trabajo o la escuela, donde se reúne un grupo diverso de individuos a compartir un interés común. De niña y adolescente nunca me faltó un tercer espacio: estuve en clases de teatro, natación, artes marciales, escritura creativa, fotografía, buceo… Cuando entré en la universidad decidí dedicar todas mis energías a la carrera. Después de graduarme no encontré ese ambiente de constante curiosidad y me refugié en terceros espacios como yoga, cerámica, un curso de artes marciales en el Barrio Chino, un taller sobre cine y poesía en Galería Chullima, y regresé a las clases de teatro y fotografía. Algunas personas me tildaron de indecisa, pero a través de estas vivencias descubrí que mi trabajo no tenía que ser mi única fuente de realización y crecimiento.
Con mi club de lectura quiero devolver esa sensación de pertenencia que me brindaron estos espacios. De todas mis pasiones (que como puedes ver, han sidodiversas), la más constante es la literatura. Mi objetivo con Marisabidillas es contagiar las ganas de leer a las personas que participen, recordarles el poder de la lectura para conectar con otros, desarrollar nuestra empatía, estimular el pensamiento crítico, mejorar nuestra salud mental y reflexionar sobre nuestras vidas con una nueva perspectiva que no teníamos antes de abrir las primeras páginas de un libro.
¿Por qué escogiste, para empezar, el libro: El Acontecimiento, de Annie Ernaux?
Mi criterio de selección de los libros del club ha sido muy simple: libros breves y potentes escritos por autoras contemporáneas. Breves porque no todo el mundo dispone de mucho tiempo extra, además no quería desmotivar a aquellos que estaban retomando el hábito de leer con un novelón de 900 páginas. Potentes porque deben ser libros que generen diálogo, quería justamente esas novelas que te dejan con una espinita clavada. También me interesa el tema de la experiencia femenina: en mi vida he leído más de 20 libros que hablan de guerras, pero ninguno que mencionara un aborto como tema principal, como sucede en El acontecimiento de Annie Ernaux. En mi carrera estaba acostumbrada a estar rodeada de mujeres (en mi aula éramos más de veinte mujeres y solo dos hombres) y sé que a los clubes de lectura suele acudir casi siempre un público predominantemente femenino.
Hablar de literatura femenina puede ser un tema escabroso: las mujeres se han ganado el derecho de hablar sobre cualquier tema que les interese, y a muchas les molesta (y con razón) que sus libros solo sean analizados o leídos bajo esta etiqueta de género, cuando no siempre es pertinente. Quisiera que en el club le diéramos espacio al mayor número de perspectivas posibles: desde las escritoras que escriben desde su experiencia hasta las que se mueven por géneros más especulativos como fantasía o ciencia ficción. Todos los meses leemos a una autora de un país distinto, y me gustaría mantener esta costumbre, para así también evitar caer en la trampa de pensar que América Latina es solo México y Argentina, o que en Asia solo se escribe desde Japón, China y Corea.
¿Qué tipo de actividades o discusiones se llevan a cabo durante los encuentros del club?
Antes de los encuentros siempre preparo una serie de preguntas y posibles tópicos centrales relacionados con la novela del mes para estimular el debate, sin embargo, siempre dejo un margen para la sorpresa, y esa es justamente la magia de reunir a un grupo diverso de personas en un mismo espacio, nunca puedes predecir qué rumbo va a tomar la conversación. Por momentos hablamos sobre aspectos más técnicos del libro: cómo la autora manejó el uso del tiempo en la narración, qué rasgos específicos caracterizan su estilo, cuál fue la evolución de los personajes a medida que avanzaba la trama… Pero debo admitir que mis intervenciones favoritas son las anécdotas personales, porque demuestran que cada persona asimila el libro de distinta forma en relación a su experiencia. Por supuesto, aunque toda la discusión gira en torno a la novela, en ocasiones hablamos de temas más amplios: ese es una de las cualidades que define un buen libro, cómo es capaz de trascender sus propios límites y abarcar mucho más que el significado literal de cada palabra. Siempre trato de cerrar los encuentros con alguna actividad adicional: con El acontecimiento, cada participante escribió un momento en sus vidas donde experimentaron violencia (tanto de manera física, emocional o simbólica). Los papeles donde relataron estas vivencias fueron sumergidos en una palangana con agua que aludía a una escena del libro.La segunda novela del club, Cadáver Exquisito de Agustina Bazterrica, inspiró una acción totalmente distinta: como el libro toca de forma indirecta el tema de la explotación animal en la industria cárnica, invité a una mujer vegetariana, Katherin Fonte, para que nos hablara de su proceso de crecimiento dentro de la filosofía del vegetarianismo desde Cuba. Para Ritos Funerarios de Hannah Kent llevé una colección de sagas islandesas del siglo XIV que leímos en voz alta porque los personajes se reúnen en una habitación durante los meses de invierno y se entretienen con estos relatos antiguos sobre magia, venganza y astucia.
¿Qué beneficios crees que aporta pertenecer a un club de lectura?
En cada encuentro llego con mi experiencia de lectura y me marcho con diez o quince maneras distintas de mirar el mismo libro. Cuando sabes que vas a debatir un libro con un grupo de personas tu lectura se vuelve más atenta, quieres sacarle el jugo a cada página para luego compartir tus hallazgos e interrogantes con el resto de los participantes. Socializas unas horas, hablas sobre temas que quizás no salen frecuentemente en conversaciones con tus amigos, encuentras personas con gustos similares, descubres nuevos lugares de la cuidad, tomas un café o un té y sientes que formas parte de una comunidad.
¿Qué impacto crees que ha tenido el club de lectura en la vida de sus miembros?
La primera integrante del club de lectura fue mi madre. Ella fue la que puso un libro en mis manos cuando tenía seis años y me enseñó con mucha paciencia (porque debo admitir que me resistí al principio) todas las maravillas que me esperaban si perseveraba y convertía la lectura en un hábito. Los últimos años la he escuchado lamentarse sobre cómo ya no lee tanto como solía y ha perdido un poco la práctica, así que ha sido una alegría inmensa verla regresar a los libros impulsada por la energía y el entusiasmo del club de lectura. Cada vez que alguien me dice que salió de un bloqueo lector gracias al club soy inmensamente feliz. Otros me han comentado que este espacio les ha ayudado a salir de su zona de confort y explorar algunos géneros literarios que no habían valorado antes y ahora forman parte de su universo de lecturas. Cuando me gradué tomé la decisión consciente de leer a autoras, así que acompañar a otras personas en este viaje ha sido un sueño realizado.
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En la entrevista con Elizabeth, coordinadora del club de lectura: Marisabidillas, se abordaron varios aspectos clave sobre la importancia del club. Elizabeth compartió cómo surgió la idea del club, las obras que han sido más impactantes para los miembros.
Además, se discutió el papel del club en la promoción de la lectura y en la creación de un sentido de comunidad entre los participantes. Los miembros han encontrado en estas reuniones no solo un espacio para debatir sobre libros, sino también para compartir experiencias y forjar amistades.
En lo personal, creo que los clubes de lectura son una excelente manera de fomentar el hábito por la lectura y de crear conexiones significativas entre personas con intereses similares, considero que unirse a un club de lectura puede ser una experiencia transformadora para cualquier amante de la literatura.