Los frenéticos compases de una salsa triste
Por: Sender Escobar
La derrota anuncia su triunfo en el libro. Los personajes copan páginas llenos de frustraciones entre un sol inmisericorde y noches desesperantes, atiborradas de calor por la carencia de electricidad y el empecinamiento tropical de los mosquitos. No hay espacio para el respiro. Seres cuyo único triunfo y mención válida de reconocimiento fue existir sostienen una vida bajo el quizás de los días esperando un cambio milagroso para aliviar tantas carencias.
Nacieron vencidos. Viven en la derrota. Hurgar en el desánimo parece una condicionante donde el lector es sumergido bajo el estanque de una ciudad ficcionada, difusa, estéril y triste. Transcurren los difíciles años noventa en Cuba, específicamente en Las Tunas. Dos mundos envuelven la novela póstuma Salsa Paradise de Guillermo Vidal. La salsa y el paraíso.
Pero no es Salsa Paradise un retrato de la miseria o un ejercicio costumbrista para reflejar el desasosiego. La novela es un obturador de escenas tan llamativas como mórbidas en muchos casos. Son páginas en fuga desde su inicio. El lector corre el riesgo de caer fácilmente bajo los efectos adictivos de sus historias mientras avanza entre las narraciones en paralelo.
Desentrañar, redefinir o enjuiciar razones para sostener las causas y motivos de acción de los varios protagonistas del libro son condicionantes en un mundo donde es difícil construir empatía. La distancia lograda por el autor se encarga de levantar un muro de contención.
La realidad en la novela es casi infranqueable y su ambiente indeseado. Varios personajes justifican su aparición bajo un simple apelativo. Aunque otros si poseen nombre y apellidos. Tal vez el contexto y ocupación hace la diferencia. Como Tony Barley o Carlos ambos profesores.
El universo principal donde gravitan los mundos del libro son las infidelidades.
Cómo surge la atracción entre los infieles. Cómo se tejen las cientos de justificaciones para los encuentros fugaces de sexo riesgoso por el atractivo de ejecutar un hecho condenatorio. Moralmente prohibido. Vidal más allá de los afectados da voz a quienes traicionan. Describe sus motivaciones. El porqué de la búsqueda constante de satisfacción en un tercero ante carencias físicas y emocionales.
Los hechos dan paso al autor empeñado en narrar como opera la noción de sentirse traicionado o de traicionar. Desde la urgencia por un encuentro furtivo hasta la respuesta de quien es víctima de una relación extra matrimonial. De portar como estigma ante las personas una cornamenta imaginaria. Adjudicación social para los afectados por los triángulos amorosos.
El escribidor o Salcedo el triste se une a la trama y narra a los SEÑORES DE LA EDITORIAL como personaje y autor. Salcedo también fue blanco de una infidelidad. Tal vez por eso su epíteto de triste. Más su respuesta a la burla o al remordimiento de sentirse traicionado no pasa de la fabulación o de germinar resentimientos pasivos. No es la violencia su fuerte como en otros casos de Salsa Paradise Mantiene un solo empecinamiento: escribir. No tiene más remedio. Es su único medio de paliar la frustración.
Bajo el ritmo de una escritura sin pausas, a penas con signos de puntuación el mundo de la salsa permite la aparición de un falso paraíso donde conviven personajes anodinos, hipócritas, ambiciosos, lascivos pero sobre todo infieles. Cada historia surge por tergiversaciones a partir de las notas aclaratorias en algunos capítulos que niegan rotundamente lo narrado.
Más de un escritor parece existir a lo largo del libro por la diferencia notoria entre estilos, narradores, diálogos y descripciones. Mediante el estilo telegráfico en muchas ocasiones el narrador prescinde de preposiciones y artículos. Vidal rompe constantemente las convencionalidades de la escritura. Convirtiendo varias escenas en verdaderas tomas cinematográficas.
Prolífico en el arte de hacer del engaño su mejor arma la literatura para este escritor es un embuste perfecto en el exorcismo de escribir. Datos reales como algunas calles de la ciudad, los bancos del parque Maceo o las salidas ilegales por el municipio norteño Manatí en Las Tunas hacen de Salsa Paradise un transfiguración verídica de la ciudad donde Vidal mantuvo una relación difícil, activa y literariamente fructífera.
Sustraerse a las descripciones escatológicas, violentas y cotidianas es una de las muchas virtudes de un libro impulsivo, lleno de reiteraciones como énfasis a una época plagada por el desencanto.
Con varios neologismos, muletillas, fragmentos de canciones, frases populares y puntos de giro narrativos a través del yo omnisciente o el tú presente o la tercera persona Salsa Paradise es una clase magistral sobre cómo experimentar sin límites bajo la única justificación de escribir.
Sus muchas escenas desmesuradamente sexuales tienen la capacidad de transportar al lector hacia momentos eróticos y bizarros a través de gemidos, posturas, exigencias, gritos, orgasmos escandalosos y lugares donde se ejecutan los encuentros. No solo el sexo heterosexual posee relevancia, escenas homosexuales femeninas y masculinas tienen lugar bajo circunstancias exprofesas, esporádicas o sin premeditación alguna.
Guillermo Vidal a través de su literatura insistía en explorar la condición humana. La persistencia de su empeño específicamente en las novelas manifestó las poco tratadas y temidas zonas del carácter y el accionar de las personas. Como podía ser el tránsito accidentado de la inocencia hacia la culpabilidad, de vivir una existencia pacífica a realizar los más terribles actos, en algunos casos violentos, impulsados por el dolor, las traiciones sentimentales, el resentimiento, la euforia o la simple resignación.
El conflicto potencial del lector consigo mismo al abrir Salsa Paradise será recordar escenas y diálogos de modo involuntario y una vez culminada la novela, caer frenéticamente de súbito bajo los efectos de un delerium tremens literario. Vidal se encarga con maestría de ello.