Más allá de las vitrinas: el impacto de los museos en la educación y la sensibilidad social
Por: Nayeli González Prada y Gabriela de la Caridad Herrera Morín
Erigidos como templos de cultura surgen los museos, como esas instituciones encargadas de resguardar la historia y el conocimiento de la sociedad en que se encuentran. En Cuba, el encargado más importante de estas funciones es el Museo Nacional de Bellas Artes, reconocido como un testimonio viviente de la genialidad y las características de cada etapa del arte cubano, así como el acreedor de diversas colecciones de arte universal.
Dentro de sus funciones también sobresale la vinculación con el público y con la comunidad en general, y sobre las bases de las necesidades de la misma, recientemente, las salas del Museo Nacional de Bellas Artes se han convertido en hogar y escuela para los más pequeños de casa y los estudiantes de Historia del Arte mediante la puesta en práctica de los Talleres de creación artística. Estos espacios de desarrollo y fomento del arte, promueven el acercamiento de los niños a las diversas piezas expuestas en sala, contribuyendo así a la formación o fortalecimiento de los conocimientos de la cultura nacional en los niños.
Como estudiantes de Historia del Arte, se percibe una experiencia enriquecedora desde diversas perspectivas. En primera instancia el trabajo con los niños y adolescentes permite transmitir esos conocimientos que se adquieren en las clases, a la vez que el aprendizaje se maquilla con diversión y surge un ambiente totalmente favorable para el disfrute y desarrollo de los participantes. En segundo lugar, la oportunidad de trabajar bajo la tutela de especialistas del museo permite conocer su trabajo, así como la pasión que le tienen al mismo, y provoca el interés en continuar colaborando con la institución. Finalmente, el proceso de impartición del taller transcurre dentro de las propias salas del museo, poniendo como marco las obras de los grandes maestros de la pintura cubana y que resultan de gran interés para el estudio y la investigación personal de cualquier historiador del arte. Es por ello que se le otorga una importancia vital al papel que ha venido desarrollando el Museo Nacional de Bellas Artes, como esa institución encargada de resguardar y exhibir el arte cubano, pero que al mismo tiempo ha defendido la idea de hacerlo llegar a los diversos grupos etarios de la comunidad a través de diferentes iniciativas, acertadas, como esta del Taller de Creación Artística.