Misifuz: pasión y creación constante

La Jeringa
10 min readAug 30, 2020

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Por: Mirian Delgado Díaz

Fotos: Cortesía del entrevistado

El jazz es uno de los géneros musicales que más disfruto. Cuba cuenta con muchos jóvenes que lo han incluido en su quehacer artístico. Durante este tiempo en casa descubrí gracias a su canal en Telegram a los Misifuz, banda que reúne las estéticas del jazz, el hip hop, el trap, el rock y el R&B.

Recientemente participaron y fueron ganadores de la única Mención Especial otorgada en la última edición del concurso Primera Base, convocado por el Havana World Music Festival (HWM). Realizadas las coordinaciones necesarias, tuve la oportunidad de conversar con su director, Claudio González. Hoy el Proyecto La Jeringa comparte con ustedes este encuentro tan ameno.

En el 2019 te presentaste en la categoría de Composición del Jójazz siendo ganador del segundo lugar ¿Cuáles han sido los aprendizajes de esta experiencia? ¿Cómo eso ha influido en tu trabajo con Los Misifuz?

Esa fue la 22da edición y mi cuarto premio en el Jójazz en la categoría de Composición. Me he presentado desde el 2017, año en el cual obtuve el segundo lugar en Interpretación. En el 2018 fui ganador del primer y tercer lugar por Interpretación Pequeño Formato con Okanjazz y Éxtasis, respectivamente. Esas experiencias han influido junto con el hecho de que la mayoría de los integrantes del grupo los encontré en la Banda Gigante (BG).

Éxtasis surgió en Holguín por el bajista Roberto Álvarez, actual miembro de los Misifuz. Poco a poco este proyecto se consolidó. Fue una banda de experimentación. Se tocaban arreglos míos, composiciones de él y temas cubanos.

En la BG, me di cuenta de una oleada de músicos a quienes conocía desde la Escuela Nacional de Arte (ENA). Vi su potencial y decidimos aliarnos. La diferencia: yo soy de La Habana y ellos de otras provincias.

Después de la BG todo el mundo se fue para sus provincias y acordamos reunirnos: Arian Boloy y Randy Veitía, bateristas; Alberto Cuenca, pianista y yo en la flauta.

Teníamos trabajo en La Habana pero el fatalismo geográfico no nos acompañaba y decidí tomar las riendas de la agrupación. Me presenté bajo el nombre de Éxtasis sin que fueran los integrantes originales, con la mayoría de los músicos que se mantienen en los Misifuz. Así pude cumplir una de mis inquietudes: unir el rap con el jazz. Leonard Acozta, director de Rapzodia[1], estuvo ahí rapeando.

Eso fue en mayo del 2019 en la Fábrica de Arte Cubano (FAC). A pesar de que podíamos hacer una jazz session nosotros presentamos covers de Kendrick Lamar y Soweto Kinch, grandes exponentes de esa mezcla del rap con el jazz. Ahí fue dónde sentí que podía tener una banda que siguiera esa línea, devenida en Misifuz.

¿Desde hace cuánto tiempo están trabajando bajo el nombre de los Misifuz?

Desde hace dos semanas antes del 22 de febrero de este año, día en que finalmente después de los ensayos nos presentamos en el Barrio Chino.

Con anterioridad, puedo decir que la banda se consolidó en la última edición del Jójazz. Yo quería presentarme con dos temas Lydia: nacimiento de una princesa y La serpiente y el hurón. Estaba interesado principalmente en este último tema, porque cuando lo compuse tenía la idea de un groove trapero y quería mostrarlo al público. Esta interacción con quienes nos escuchan nos permite recoger reacciones y seguir trabajando.

Para esa presentación, el baterista que teníamos, estaba enredado. Una semana antes ensayaba en casa de Pascual Cepeda, quien es un señor que le gusta ayudar a jóvenes que comienzan, como por ejemplo, Cimafunk. Una parte del videoclip Me voy se filmó en casa de Cepeda y él es uno de sus personajes. En ese momento yo tocaba en aquella casa junto con la agrupación del violinista Isaac Soler: Medio gramo de arte.

En medio de la ausencia del baterista que habíamos pensado para ese encuentro, de repente viene Marcelo -actual baterista de Los Misifuz- y se sube a una batería eléctrica. Me cuadró mucho porque tenía dominio de ese instrumento y tocaba una marcha de trap sobre una base instrumental y se escuchaba súper bien. Después de la presentación, me acerqué a él y conversamos sobre lo mucho que me gustó. Me dijo: soy cubano, pero con residencia en Miami, he vivido también en España y no tengo mucha experiencia en vivo. Seguidamente lo invité a acompañarme en el Jójazz: ¨ Tú dominas el trap y va a ser fácil para ti. El tema Lydia, es más abierto[2]¨.

Continué interrogándolo, esta vez sobre Christian Scott[3] y me respondió que sí lo conocía. Scott es uno de mis músicos y referentes musicales favoritos. Me sorprendió que le gustara. Aproveché y le pregunté por un tema en específico: Lawless. Se empieza a reír, me enseña su móvil y, casualmente, es era la canción que había escuchado antes de tocar junto a nosotros. Solo me he encontrado con alguien como él que siga mis ideas de una manera tan similar.

Desde ese momento supe que teníamos que hacer algo con la música en proceso de creación. Cuando ví sus producciones, los sonidos que utilizaba, eso me hizo pensar en su lugar como baterista de los Misifuz. Si mis composiciones no tienen un sonido que atraiga, se queda en bruto, por eso el binomio que he establecido con él. Marcelo es el productor y le pone el sonido a lo que hacemos.

¿Por qué Misifuz?

Marcelo es del 98 como yo. Todos los que me acompañaron en el Jójazz por Composición somos de esa generación. El año 1998 corresponde en el zodíaco chino al Tigre. De ahí surge el nombre de la banda: Misifuz, como una representación de varios felinos, en un concierto: tigre, jaguar, etc.; y porque casi todos nos sentimos identificados por la personalidad de esas especies de animales: meticulosidad, observadores y objetivos; sobre todo creo que lo que más nos gusta es en el momento que se plantean un objetivo cómo lo alcanzan. Somos pasionales o ¨intensos¨. En los ensayos no paramos hasta el final. Queremos experimentar y lo aprovechamos al máximo. Eso tiene que ver con la pasión y creación constante.

En la entrevista que te hiciera la emisora cubana CMBF has mencionado que con los Misifuz quieres crear un lindo camino. ¿Por cuáles caminos te gustaría transitar junto con estos muchachos?

Queremos labrar un camino en el que seamos escuchados como agrupación nueva- moderna. Queremos ser libres dejando a un lado las etiquetas y el elitismo. El objetivo final sería crear una comunidad con nuestro público.

Por otra parte, buscamos unirnos más a muchachos que no han pasado por las escuelas de música; llegar a los jóvenes sin que medie el elitismo, por eso también el hip hop. El jazz es más elitista y mezclarlo con hip hop puede hacerlo más asequible. Nadie va a conciertos de jazz porque hay muchas personas a quienes les resulta muy caro el Jazz Café, La Zorra y el Cuervo o el Boulevard 66.

¿Cuáles son las influencias musicales de la banda? ¿Qué han tomado de estos referentes?

Para empezar, el único compositor y arreglista soy yo. Ahora mismo todos los temas son compuestos bajo mis influencias musicales y en otra medida, por el baterista.

El primer artista que me hizo ver algo que quería hacer es Anthony Tidd, bajista inglés. En The Child of Trouble Times, se escucha la amalgama entre el jazz y el rap británico. La primera vez que lo escuché, me volví loco. Dije que era el mejor disco que había escuchado durante dos años y después paré porque me iba a volver loco de verdad. Otras de mis influencias foráneas son Robert Glasper, Kenny Garrett, Ambrose Akinmusire, Drake y Kendrick Lamar. Aunque pueden incluirse otros, esos son los que más he escuchado en mi vida.

Entre los referentes cubanos: Michel Herrera, saxofonista; Alain Ladrón de Guevara, bajista de Open Mind; Carlos Enrique Veitía Hechavarría, saxofonista y trompetista.

Volviendo a Anthony Tidd, a la hora de la composición de un tema hemos escogido todos los elementos técnicos en su manera de componer y lo he adaptado a mis composiciones. Por ejemplo, cuando la guitarra dobla el bajo, la batería hace como marchas asimétricas. En Michel Herrera, mi primer referente musical cubano de jazz, me llamó mucho la atención cómo él distorsionaba el sonido como un pedal.

Estos músicos han creado una revolución tímbrica llena de colores influenciado en el hip hop. Misifuz no es más que eso.

¿Cuál es la canción que más define al grupo? ¿Por qué?

Actualmente Los Gatos Samurái[4], pero la que en realidad define al grupo aún no ha salido. En Los Gatos Samurái no tocan todos los músicos. Y el hecho de que todos estén formaría parte de esa canción que defina a la agrupación. No obstante, hay nuevos temas cocinándose.

La improvisación es un elemento muy importante en el jazz. Háblame de esa relación entre improvisación, el jazz y ustedes.

No queremos ser etiquetados como jazzistas. Aprovechamos el acaloramiento a través de la improvisación para performances en público. En los fonogramas futuros vamos a lanzar menos solos para que se escuche más la producción y composición a tono con los instrumentistas contemporáneos. Son súper importantes estas presentaciones, por eso vamos a seguir con varias improvisaciones ya sea de free style con Leonard Acozta, o melodía. Y eso viene de la influencia de nuestros referentes, ya mencionados.

¿Tienen algún ritual antes del proceso creativo?

Antes de cualquier cosa nos reunimos todos. Nos sentamos cara a cara y nos ponemos a dar mucho chucho, sobre todo con Leonard; conversamos mucho hasta que llega el Toti -a quien llamamos ¨El sabio¨- y él siempre nos da el berro por no ensayar. Ese es un ritual que casi nunca falla. Y después del ensayo, jugamos Play 4.

¿Cómo es un día de encuentro entre Los Misifuz?

Nos gusta conversar, generalmente en casa de uno de los integrantes de la banda y nos sentamos en el sofá de su balcón. Siempre hay de qué hablar: opinamos sobre diversas cuestiones; después de escuchar un disco se los enseño y les hablo de su influencia en lo que esté creando. Allí nos recreamos, descargamos y sobre todo jugamos Play 4.

El pasado 22 de julio concluyó el Concurso Primera Base convocado por el Havana World Music Festival, en el cual ustedes resultaron premiados con la única Mención Especial que se ha otorgado en la historia de este prestigioso evento. ¿Qué importancia tiene para ustedes un concurso como este? De cara al futuro de los Misifuz, ¿cómo han recibido este galardón? ¿Ya arrancaron los preparativos de la banda para el HWM 2021?

Este concurso brinda una visibilidad muy grande a las bandas emergentes en Cuba. Pertenecer a este catálogo es un orgullo y un lujo para nosotros y eso tiene sus compensaciones. Antes de ganar, ellos nos llamaron y nos informaron que iban a lanzar el concurso online. Les dijimos que sí porque nos hicieron una buena oferta y ya nos habíamos presentado a la preselección. Fue muy duro porque tuvimos que grabar los temas en una semana. Además, enfermé de un ojo; el baterista y yo tuvimos fiebre. Sin embargo, no me quería dejar de presentar. No es lo mismo una interpretación en vivo que online pero salió mejor de lo que nosotros pensáramos. Tuvimos que hacer la edición de tres temas y el baterista hizo la producción en Miami. Lo enviamos al HWM y esperamos un mes antes de la selección mientras estuvimos apoyando a la visibilidad del festival.

Por supuesto ya estamos trabajando en la edición del 2021. Ensayamos sistemáticamente las canciones ya creadas, para luego empezar a trabajar en los temas nuevos. Es un proceso cuyo resultado se verá en las presentaciones en vivo.

Ahora estamos promocionando Los Gatos Samurái, fundamentalmente en las redes sociales. Estas son muy importantes y para eso hace falta recursos. La cuarentena nos ha golpeado: yo soy profesor de la ENA y me pagan una mensualidad, pero hay otros músicos que no están trabajando.

Los Gatos Samurái surge a raíz del HWM. Es uno de los tres videos que presentamos. Buscamos a José Raúl, bajista. El baterista grabó en EE.UU y Tobías[5] lo hizo en su casa. El video casero fue retocado por un amigo de nosotros, Fabián Cobelo[6].

¿De dónde viene ¨Katana kimono¨?

Katana kimono fue un estribillo que surge cuando Leonard y yo estábamos pensando la letra. Llegó un momento en el que yo le propuse el trabalenguas ¨katana kimono¨ y él no podía decirlo. ¨Céntrate¨ es para mí como ¨katana kimono¨: la katana es la espada, el sable japonés y el kimono es la vestimenta típica de los samuráis. Entonces estas palabras son a su vez como una fase de concentración antes de atacar a un objetivo, que llevándolo a lo que hacemos sería como una fase introductoria en el tema.

¿Qué representa para ustedes estar en la radio británica? ¿Cómo sucedió? Cuéntame un poco más de esto.

Daymé Arocena es la conductora de la emisora World Wide FM. Dentro de su playlist ella decidió poner los temas de los preseleccionados del Primera Base y algunos ganadores del Havana World Music. Es una tremenda oportunidad porque para ser escuchado la radio británica, no hay mejor intermediaria que Daymé poniendo temas de bandas noveles. Es punto para el currículum de los Misifuz.

Ella escogió los temas y puso sus gustos ante el público de Inglaterra. Uno no sabe quién lo escucha. Una vez sucedió que un muchacho me dijo: ¨Yo vivo en Guantánamo y te escucho¨ No hay nada más bonito que tus temas sean escuchados y eso es muy importante para nosotros.

Para terminar, ¿cuáles son algunos de los proyectos futuros de Los Misifuz?

Hay muchos proyectos futuros. Tenemos varias propuestas. Todo depende de cómo se comporte la situación. Hay cosas que vendrán por el camino, entre ellas el HWM. Queremos lanzar nuestro primer single y nuestro primer video clip.

[1] Banda de hip-hop alternativo que fusiona el rap con otros géneros como el funk, reggae, jazz, blues, rock y la música cubana.

[2] Esto quiere decir que la batería usa más los platillos en vez de un solo platillo que es lo que normalmente pasa en el trap.

[3] Trompetista estadounidense.

[4] Tema al que pueden acceder en nuestras plataformas virtuales.

[5] Director de la banda Tobías Alfonso y Los Monos Lácteos, quienes resultaron ganadores del premio en la categoría de Juveniles.

[6] Estudiante de diseño gráfico que se graduará este año del Instituto Superior de Diseño (ISDI).

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