Para William Roblejo, “El Jazz viene Bien”

La Jeringa
9 min readJan 19, 2021

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Por: Karla Recio Monier

Desde que puse un pie en Amadeo -como le llamamos coloquialmente al Conservatorio Amadeo Roldán- el nombre William Roblejo impactó mis oídos: resonaba en compañía de un virtuosismo confluyente entre la música de Mozart y Grapelli, David Torrens y Los Van Van. Desde ese momento fue mi paradigma y el de -me atrevo a asegurar- todos los jóvenes violinistas de mi generación.

¨El profe¨ -como le decimos los que estuvimos en sus clases- lo volvió a hacer: Ya Dreaming fue para muchos una buena prueba de las sonoridades que se pueden lograr en un instrumento, a veces solo reducido al marco sinfónico; pero Capitalia nos reafirma que el violín en Cuba tiene mucho que decir aún.

Este disco es capaz de llevarte a un estado melancólico o alegre, pero indudablemente profundo, reflexivo e inspirador. Al menos para mí es una motivación enorme para seguir defendiendo la autenticidad y sinceridad como principal bandera a la hora de hacer una pieza de música.

Hoy, ¨el profe¨ y yo conversamos de la mano de un buen café y mis ganas de saber sobre el acontecer y las producciones más recientes de William Roblejo´s Trío.

En entrevistas anteriores a otros medios confesaste que Capitalia para ti tiene más madurez que tu primer disco Dreaming, ¿Por qué?

Tardé 7 años entre un disco y el otro. No por gusto, porque en cada año uno siempre aprende cosas nuevas. En el primer disco yo estaba deseoso de mostrar, no tanto mi capacidad musical, sino más bien la capacidad técnica que tenía en ese momento y a lo mejor dejé a un lado elementos que tiene la música y pude haber usado. Pero bueno, en los primeros trabajos uno siempre comete errores y es un disco en realidad bueno.

En Capitalia tuve la suerte de conocer a Roberto Gómez, el guitarrista que toca en este disco. Él es una persona que tiene un diapasón muy amplio porque escucha todo tipo de música y a todo le saca algo. Con él empecé a identificarme con otra manera de ver la música, con otra forma de tocar y verla más tranquila porque el primer disco es muy agresivo y este, cuando lo escuchamos vemos que es más tranquilo todo. Hay cosas rápidas, pero son desde la tranquilidad. Es mucho más maduro en la forma de tocar también porque creo que he evolucionado como violinista y en cuanto al conocimiento de la armonía. Este disco está más pensado, más elaborado, incluso a la hora de ordenar los temas. Por todo esto considero que es más maduro con respecto al primero. Solo queda escucharlo para las personas que no lo han hecho, que también escuchen el primero y puedan comparar.

Traté de mezclar más la música: uso géneros de la música cubana como el danzón, de la música brasileña como el bossa nova, tengo trova tradicional cubana con elementos del bluegrass, de la música country, mezclada también con el gypsy jazz o jazz manouche (estilo de jazz francés). Mezclo la música irlandesa, celta, el jazz de New Orleans. Hay muchos elementos cubanos y armonías del jazz, aunque no sea un disco tan jazzístico como el primero.

¿Qué tema del fonograma te identifica más y por qué?

Me identifico con todos los temas del disco. De 9 temas, 8 son míos y uno es de Rafael Ortiz, de la trova tradicional cubana, ¨Amor de loca juventud¨. Cada uno tiene su historia de cómo lo hice, cómo lo arreglamos, etc. Me identifico mucho con Capitalia, que es el que le da nombre al fonograma porque lo compuse en un momento de mucha alegría, en el que pasaron muchas cosas buenas en mi vida y cada vez que lo escucho me remonta a ese momento, aparte de que lo hice con mucho placer. Hay otro tema que también me gusta mucho, se llama ¨Danzón en Tunisia¨ y fue en coautoría con un amigo violinista, Jelien Baso. Este tema quedó bien terminado en la conducción de la música, por ejemplo.

En realidad, me gustan todos, y Capitalia es de los que más me emociona, por la forma en que lo hice, por qué lo hice, las armonías que empleé, la mezcla que hago de flamenco, con música celta y un poco de jazz y la improvisación está más ligada al bluegrass, que es un género que se usa mucho sobre todo al norte de Estados Unidos y Canadá. Lo compuse en el año 2015, salió en el disco de la EGREM ¨La Habana 500¨ dedicado al aniversario 500 de nuestra capital y también se utilizó como tema de presentación de la tercera edición del festival Habanarte. Después lo volví a grabar con los mismos músicos y es el tema que aparece en el disco.

Cuando ya no estés, es un tema que hice hace 10 años, incluso antes de hacer el primer disco. No lo incluí porque para mí hacer un tema como ese en mi primer disco no era correcto. Se me ocurrió por cosas que me pasaron en una etapa de mi vida: perdí a algunas amistades, unas que se fueron, que eran como hermanos y están en otro país, algunos que no he vuelto a ver, otras fallecieron como un amigo y una amiga. Fue muy triste para mí, aunque hice el tema con una visión positiva:

Aunque ya no estés, nosotros siempre vamos a seguir adelante, pensando en ti, donde quiera que estés y pensando en todo lo bueno que vivimos juntos, sabiendo que algún día nos volveremos a encontrar.

Este mensaje de fortaleza ante la tristeza nos llena de gran consuelo en tiempos tan adversos. Un 2020 lleno de dolorosas pérdidas para todos se ha quedado atrás, pero la esperanza y la fe que nos traen temas como estos, directamente brotados del corazón de un artista que se entrega por completo a su obra, se imponen para no dejarnos torcer el camino y seguir viviendo en positividad y perseverancia.

William Roblejo. Fotos: Cortesía del Artista

Estamos a la espera de la presentación en vivo de estas piezas llenas de magia. Cuéntanos más sobre lo que pasará en el concierto de lanzamiento de Capitalia

Será en el Teatro Martí, haré los mismos temas del disco excepto uno. Vamos a incluir un par de temas del disco anterior y los invitados: La maestra Zenaida y la Camerata Romeu; Harold López-Nussa en el piano y Ruy Adrián López-Nussa en la batería; Leo Luna en el contrabajo; Elgar Martínez en la percusión y Damián Campos en la guitarra flamenca, ambos también invitados en el disco. Los músicos serán los que tocan conmigo en el trío: Julio César González en el bajo y Dayron Ortiz en la guitarra. Voy a hacer un tema nuevo que no aparece en ninguno de los dos fonogramas, se llama ¨Guajira Danzonera¨ y será ejecutado a trío con piano y batería.

¿Qué nuevos proyectos tienes en mente para el 2021?

En lo particular, seguir escribiendo mucha música, que lo necesito y lo demás esperar a ver qué pasa con la cultura, porque muchos de los proyectos que teníamos se cancelaron por el tema de la pandemia. Por lo pronto seguir haciendo música, escribiendo y planificando un nuevo disco. Quisiera hacer otro disco con el trío. Próximamente Harold López-Nussa y yo vamos a hacer un concierto a dúo de música clásica, haciendo sonatas de Mozart, Beethoven, de Paganini tal vez, y también un poco de nuestra música.

William Roblejo´s Trío

Del 19–24 de enero se efectuará el 36 Festival Internacional Jazz Plaza, ¿qué importancia le atribuyes a la existencia de un festival como este para el público y los músicos cubanos?

Es bastante significativo e importante porque ayuda a la alimentación musical de las personas, sobre todo al público como tal, porque los músicos tenemos la posibilidad de escuchar otro tipo de música, por la misma carrera, de conocer otras artes que a lo mejor el público no conoce. El festival cultiva al público, los invita a conocer este tipo de música y todas, porque en un festival de jazz no solo se toca jazz. Este es el elemento principal, pero dentro de él aparece la música cubana y sus géneros mezclados, otros tipos de música también: brasileña, africana, checa, rusa, etc. Esto ayuda a que el público conozca otras raíces, gracias a este género que es el jazz. Me parece muy importante que exista el festival y que lo defiendan tanto las instituciones culturales como los músicos. A estos los ayuda porque es una forma de interactuar y retroalimentarse el uno del otro, poder compartir, dialogar en talleres, coloquios que los motivan. Creo que hay que apoyar eso.

¿Qué repercusión ha tenido en tu carrera participar en este festival?

Ha repercutido positivamente por supuesto. He tenido la posibilidad de tocar desde el año 2010 en adelante en casi todos los festivales Jazz Plaza. He podido hacer mi música como he querido, porque como festival de jazz, al ser un género muy abarcador permite hacer cualquier tipo de formato, de música. Me ha permitido conocer personas del mundo vinculadas a este género, con los cuales he podido trabajar después en otros países, aquí también. He conocido excelentes músicos y ni siquiera viven en La Habana, que son de Villa Clara, de Santiago de Cuba, de Camagüey etc. He tenido la posibilidad de conocer a este tipo de personas, de compartir con ellos, de compartir música. Me ha ayudado muchísimo en mi carrera porque me he nutrido mucho, siempre he tratado de coger lo bueno de cada quien o cada cosa que pasa en este festival. Por eso estoy sumamente agradecido de haber, en algún momento de la vida, conocido este festival y de poder tocar en él.

¿Cómo percibes a la generación nueva de jazzistas?

Sinceramente como mismo hay estudiantes de música que se vinculan a otro tipo de música como, por ejemplo, el reguetón, -que no lo voy a desacreditar, porque es música al fin y se hace, se disfruta y se baila- existen los jóvenes que les gusta el jazz, y que les interesa hacer buena música. A lo mejor son los menos, pero siempre van a existir. Me parece que hay excelentes músicos jóvenes de entre 19–20 años que de verdad son muy virtuosos, pero a mí me gustaría enfatizar en que deberían estudiar más. No es que solo estudien jazz, es que estudien la música en general. Deberían interesarse más por el arte en general.

Hoy día hablas con un músico joven y son pocos con los que puedes hablar algo más que de música, como por ejemplo algo de pintura, de literatura etc. No es que yo sea el más conocedor, pero por lo menos puedo hablar algo de alguien (risas). Pero también pienso que hay jóvenes jazzistas que llevan bien alto esta corriente y el ¨hacerlo como debe ser¨. Hay muchos jóvenes que están muy interesados. ¡Tan mal no estamos! No estamos como quisiéramos, pero tan mal no estamos. Lo que sí creo que deben estudiar más y no pensar en un solo sentido.

El jazz es un género musical muy amplio que abarca tantos géneros o estilos que se pueden unir a él. Me imagino que la cabeza de un jazzista deba tener la misma información que puede tener el género como tal. Yo tengo que conocer no solo de jazz, tengo que conocer de música cubana, de literatura, leer a Padura, Lezama Lima, Julio Cortázar; ver pintura de Salvador Dalí; estar mezclado con el arte del siglo XX, que el jazz como tal viene de finales del siglo XIX principios del XX; aprender cosas de cine del mismo Luis Buñuel que tiene cosas loquísimas. Te nutres de todo eso y después puedes ver el jazz con otra visión. Eso es lo que más me preocupa de los jóvenes jazzistas, por lo demás son buenos, tienen condiciones, aptitudes, pueden hacer 3 000 notas en 6 compases, pero hay algo más que es lo que me preocupa. Por lo demás, el jazz viene bien. Lo que es la música viene bastante bien, hablando de estos jóvenes que son minoría.

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