Paralelos inconclusos en la obra de Wong

La Jeringa
3 min readJul 6, 2022

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Por: Amanda Font

De la mezcla de varias técnicas y estilos pictóricos se componen las creaciones de Álvaro Salas, un joven artista autodidacta conocido como Wong, que gusta de la experimentación en el momento de la creación, lo que lo lleva a trabajar la fotografía, la pintura y la poesía. “Su mente no estática”, se mueve de un lado a otro, buscando en su cotidianidad referencias que le permitan mejorar o perfeccionar su técnica en la búsqueda constante de un estilo propio.

En la pintura, a nivel técnico y estilístico, son recurrentes los trabajos de puntillismo a plumilla, aunque también gusta de la acuarela y el carboncillo, “cada uno de estos materiales me ofrece resultados diferentes e interesantes, en ocasiones juego con ellos y los combino para ver que sucede, no siempre son resultados satisfactorios, pero no me doy por vencido, en mi naturaleza está la experimentación como una manera de crecer y evolucionar a diario”. La fotografía es una herramienta que le sirve muchas veces como soporte visual para un trabajo pictórico, es por ello que mayormente trabaja la fotografía documental o testimonial, retrata objetos que captan su atención quizás por una forma o textura determinada; también, le gusta jugar con el lente, explotando la fotografía a escalas micro o macro, en este caso dirigidas fundamentalmente a la naturaleza. Actualmente está incursionando en el dibujo digital, con una estética que se nutre, quizás indirectamente, del arte pop. Los colores estridentes y los trazos que hacen referencia a las tiras de los comics americanos recuerdan a la obra de Roy Lichtenstein.

La sencillez en la manufactura es una de sus características distintivas, no obstante, de sus obras dimana una energía barroca, que no siempre se ve reflejada en la composición, pero que es perceptible a veces hasta en la forma de sus trazos. Crea espacios oníricos donde convergen elementos de su cotidianidad, pero colocados con tal cuidado que pueden pasar desapercibidos a una mirada rápida y no exhaustiva.

Para llegar a entender de manera muy superficial su obra se requiere de un estudio, aunque sea superfluo, del universo como una macro-idea, pues como parte de su formación académica estudia antroposofía, una disciplina filosófica que se centra en el estudio de los fenómenos que envuelven al hombre como una parte insignificante de un universo aún no desvelado para él, es un conocimiento esencialmente metafísico que se traduce en una obra intimista y muy personal. “En mi obra intento reflejar temas relacionados con la moral o la conciencia del ser humano, temas que considero se han dejado pasar desapercibidos o a las que no se les da un tratamiento real, y que como consecuencia están permitiendo que se hagan comunes determinados comportamientos que condeno, también a través de mi obra, no solo pictórica sino poética”

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