Tempos paralelos, culturales y pandémicos en Disonancias

La Jeringa
8 min readJan 20, 2022

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Por: Alejandro Malcom Fernández Quintana

El pasado 6 de diciembre inició la Experiencia 2 de la 14 Bienal de La Habana, titulada La Habana de la Bienal. Esta fase del evento, la de mayor duración, culminará el 24 de marzo de 2022 y como parte de la misma se inauguró el día 9 la exposición colectiva Disonancias en el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales (CDAV), #353 de San Ignacio en la esquina de teniente Rey.

Mega proyecto de las artes plásticas, como ha sido catalogado en diversas plataformas destaca por su nómina cubana, de la cual podemos citar a: Daniel Hernán Antón, Liesther Amador, Evelyn Aguilar Sánchez, Miguel Osorio, Reinaldo Cid, José A. Toirac, Miguel A. Machado y Rosa Cabrera, que desde sus diversas perspectivas y visualidades tributan al presupuesto teórico de la exposición: el desequilibrio y caos en los dos años de pandemia, así como las ansias de estabilidad del individuo (Pérez Suárez, 2021). Todos son artistas jóvenes que se han insertado en el circuito de arte contemporáneo cubano con técnicas desde el más tradicional de los dibujos a contraposición con las manifestaciones posmodernas como arte de acción, instalaciones, videoperformance y experiencias estéticas que anudan más de una variante genérica.

En una análisis rápido y superficial de la exposición podríamos encontrar en esta multitud de técnicas la fundamentación del título. En el español nuestro, disonancia refiere — en sus acepciones — a la falta de conformidad o proporción natural de las cosas. Ergo y entrelazando con el principio rector de la exposición, se palpan las desavenencias entre las propuestas individuales de los creadores pero que aun así logran conformar una intencionalidad plena en la visión general del espacio y de la Bienal.

Se valen los artistas del tiempo y la necesidad de aprehensión del mismo para construir imaginarios selectos de una realidad transformada por la pandemia de la Covid-19. El tiempo será el eje rector de las obras seleccionadas para comprender cómo las disonancias, en este ente abstracto pero cuantificable y modificador del contexto, producen reacciones variadas ante un mismo estímulo. Lógicamente, justificado esto en la vivencia del hecho artístico y la percepción de estos objetos estéticos por varios espectadores.

Siguiendo la configuración del espacio expositivo, iniciaremos esta deconstrucción de la temática en la videoinstalación de Hernán Antón Clase de un vientre para red de Houdinis (2019–2020) en el primer piso del centro. La singularización de las moscas se da por medio de las cápsulas traslúcidas. En el espacio los insectos se congelan y lo que pudo ser una vida efímera se perpetúa en un acto que frustra e imposibilita el desarrollo pleno. He querido ver una analogía a la confinación y el distanciamiento social, resultado de la realidad pandémica. El tiempo detenido e improductivo de meses en letargo y petrificación de la conciencia.

Clase de un vientre para red de Houdinis (Hernán Antón) (2019–2020)

De la tridimensionalidad de esta obra pasamos a la 2D del políptico de Aguilar Sánchez. En la tradicional representación de tintes impresionista se promueve un gesto contrario al estancamiento de las moscas. Las aves baten sus alas libres de los condicionamientos autorales y autónomos de la pieza, se renuevan lejos de la prisión hogareña. Batiendo alas (2021) intenta capturar la libertad del yo pandémico en el contexto de “nueva normalidad” y “nueva libertad”.

Batiendo alas (Evelyn Aguilar) (2021)

Dependencia (2015) de Miguel Osorio se despoja de su significado primigenio. El signo retroviral se revitaliza en la pandemia, no entorno al VIH que queda en un segundo plano. Sino en el contexto actual, cuando las lecturas de la obra se asocian a la carrera por la búsqueda definitiva de la no contaminación del ambiente o como, a ojos populares, el autor emplea una cantidad absurda de medicamentos en una “obra de arte”. Los sarcófagos pierden el efecto de choque, la pureza o contaminación sobre la cual versa la intencionalidad original cambia, muta y se transforma, tal cual los medicamentos le ganan terreno a la sangre en el proceso médico llamado antibiograma, donde al identificar el medicamento correcto, este poco a poco desplaza al agente patógeno.

Dependencia (Miguel Osorio) (2015)

La fotografía, como signo icónico, se emplea en la exposición en lo más fidedigno de su definición en el proceso de semiosis. La serie Blindsight (2019–2021) de Reinaldo Cid pone a contraluz el espacio intervenido de Tarará. Atestigua el paso del tiempo y los cambios en la arquitectura de tres inmuebles específicos, el empleo del alto contraste fuerza la observación en el conjunto. Será una selección olvidable en nuestro recorrido por el CDAV, el carácter documental y un tanto montado — con ello me refiero a intencional — en lo que la fotografía ve la realidad como una construcción cultural, no como la percibimos per se (Calabrese, 2012, pág. 18). El tiempo en estas piezas se sale de los marcos pandémicos, es un recuerdo de otras tensiones sociales, de otra Cuba siempre turbulenta.

Serie Blindsight (Reinaldo Cid) (2019–2021)

Si bien las obras comentadas hasta el momento conllevan un ejercicio creativo e interpretativo elaborado, en la serie a gran formato La buena vida (2019) de Miguel A. Machado la realidad se nos presenta en atmósfera onírica bajo los cánones de la estética pop y kitsch. El espacio denotado y repetido en las siete piezas invita a la socialización, el intercambio, el toque de la sociedad en sus actividades de esparcimiento. Esta escena se ha codificado un tanto surrealista en el marco de la pandemia mundial, alcanzando connotaciones y anhelos que bien se traducen en el lienzo.

La buena vida (Miguel A. Machado) (2019)

Las temporalidades simultáneas se crean según el campo de referencias del autor (Rodríguez López, 2021) , donde se debaten la cultura de masas y los íconos con cierto grado elitista. La beligerancia entre la masscult y la midcult, que enuncia Umberto Eco en su ensayo Estructura del mal gusto, asoman en la yuxtaposición de símbolo clásicos y mitos populares — ejemplo la sirena de fisionomías escultóricas en la primera pieza — y en las referencias teológicas en el mismo espacio que personajes de la multimediática Walt Disney.

Bajo las influencias modernistas de Matisse en el color y la sinuosidad de la línea picassiana se gesta una realidad de ensueño y escapista del tiempo actual. La serie, desde mi percepción, es una solución buffer para la sobresaturación de la realidad y de la exposición misma. Las atmósferas fantasiosas de duendes, hadas, cisnes, palomas blancas e híbridos mitológicos movilizan la recepción de las obras como elementos perturbadores del espacio en cuestiones generales y concernientes a la temática aglutinadora de la muestra. Lo plano — en cuestiones de paleta cromática — y a la par profundo — en contenido — de piezas circundantes es opuesto al encubrimiento de lenguaje prosaico de Machado en una visualidad poética y llamativa.

Axis mundi (2020) de Rosa Cabrera se encuentra en el último y más alto espacio de la exposición del CDAV. En la traducción del latín al español entendemos por el título: eje del mundo. El axis mundo es un símbolo multicultural pero semánticamente idéntico. Es el lugar de convergencia en teologías o cosmovisiones, el inicio y el fin del plano terrenal y la puerta a otras realidades. La pieza de Cabrera mimetiza el típico rosetón gótico, elemento cimero de las fachadas catedralicias, punto donde se unen todas las miradas y la pieza que se presenta como cierre de la exposición. Lo efímero de su constructo (esqueletos de hojas de plantas) traduce la misma característica del tiempo. La iconografía en conjunción con el título busca el final del ciclo y del tiempo en Disonancias. No creo fortuito el emplazamiento de la obra, la intencionalidad creativa de la artista y texto adjunto, desde mi perspectiva intenta condicionar — y lo logra — la lectura de la misma. Llevarla por senderos de la religión y el Dios magnificente iluminado; la dualidad de realidad y la búsqueda de la salvación en el reino de los mortales de la Covid-19, por medio de la última puerta de escape de la exposición.

Axis mundi (Rosa Cabrera) (2020)

Disonancias es variable en cuanto a discurso visuales se refiere — aspecto ya mencionado –, autores como Hernán Antón, Cid y Machado logran una aprehensión propia del objetivo rector. Otros, como Cabrera, logran sintetizar ese principio. La calidad estética de manera general evidencia un ejercicio curatorial exhaustivo. Si piezas como Modus vivendi (2018–2020) de Rolando Cabrera, Lost time (2021-) de Julio C. García y Petrus (2021) de Toirac no fueron reseñadas en el texto ello no implica una exclusividad de sus discursos, sino que se ejecutan en otras aristas de la temática. Desde una casualidad puramente documental hasta un ejercicio más elaborado la muestra trata de manera orgánica las diferencias de soporte, técnica e iconografía peculiar de la treintena de artistas cubanos.

En el gran panorama de la Bienal esta exposición es ejemplo de la sistematicidad en el quehacer artístico de la comunidad creadora cubana y de su manera tradicional: un espejo singular del espacio y tiempo que ve el artista. A palabras de Norma Rodríguez Derivet, presidenta del Consejo Nacional de Artes Plásticas (CNAP):

“En las actuales circunstancias, marcadas aún por la pandemia y por la necesidad de ser cada vez más conscientes sobre el impacto negativo del ser humano sobre el planeta, privilegiar la presencia de artistas nacionales se suma a las estrategias de sostenibilidad que la Bienal se ha trazado como parte de su tejido principal.” (Fuentes Puebla, 2021).

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Bibliografía

Beuchot Puente, M. (s.f.). Perfiles esenciales de la hermenéutica: hermenéutica analógica.

Calabrese, O. (2012). La fotografía como texto y como discurso. Nota sobre semiótica de la fotografía. Eu-topías: revista de interculturalidad, comunicación y estudios europeos(3), 15–27.

Canal Caribe. (6 de Diciembre de 2021). Comenzó Experiencia 2 de la Bienal de La Habana. Obtenido de Canal Caribe: https://www.canalcaribe.icrt.cu/comenzo-experiencia-ii-de-la-bienal-de-la-habana/

Eco, U. (1964). Estrutura del mal gusto. En U. Eco, Apocalípticos e integrados (págs. 59–107). Debolsillo.

Fuentes Puebla, T. (3 de Octubre de 2021). XIV Bienal de La Habana: Futuro y contemporaneidad en una mirada desde el arte. Obtenido de Cubadebate: https://www.cubadebate.cu/especiales/2021/10/03/xiv-bienal-de-la-habana-futuro-y-contemporaniedad-en-una-mirada-desde-el-arte/amp/

Pérez Suárez, A. (10 de Diciembre de 2021). Cuando las Disonancias se convierten en arte. Cubarte Períodico. Obtenido de http://cubarte.cult.cu/periodico-cubarte/cuando-las-disonancias-se-convierte-en-arte/

Rodríguez López, L. (8 de Marzo de 2021). Pintar para ser. Técnica, estilo y referencia en la obra de Miguel Alejandro Machado. Obtenido de Rialta: https://rialta.org/amp/pintar-para-ser-tecnica-estilo-y-referencias-en-la-obra-de-miguel-alejandro-machado/

Shklovski, V. (1991). El arte como artificio. En T. T. (Compilador), Teoría de la literatura de los formalistas rusos. (Antología) (págs. 55–70). México: Siglo XXI.

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