“Un Mal Chiste a Niels Bohr” en Galería Galiano
Por: Ronaldo Hinojosa Valdés
Galería Galiano nos deleita desde este pasado 22 de marzo hasta el venidero mes de abril con una muestra expositiva singular titulada “Un Mal Chiste a Niels Bohr”. La analogía que implica su título nos hace reflexionar y a la vez apreciar las obras que, cada a de los artistas implicados concebió bajo el influjo de la realidad que transcurre en el espacio habanero.
En la muestra intervienen 27 obras de 21 artistas, en la cual prevalece la pintura en óleo o acrílico sobre el formato tradicional de tela, además de técnica mixta y grafito. Sobresalen obras que transitan por el grabado, como es el caso de Evelyn Aguilar; tres piezas en MDF de Enrique Angel Cabrera; el díptico de Harold Ramírez y la instalación de Víctor Manuel Ojeda.
La obra de Alfredo Coello figura a la entrada, en el ala izquierda de la primera sala. Sorprende por la atmósfera disfusa, en la que apenas se distinguen los elementos del paisaje rural, con una carretera que nos invita a transitar y se pierde en la perspectiva. En los espacios subsiguientes dialogan las obras de Leomar González González con una mirada hacia un espacio interior en analogía con la mente; Carlos Zorrilla con una composición de tonos cálidos encendidos; y de Alejandro Jurado con su obra Talk (Dibujo de otoño) de la serie “Colorfield”. En el centro resalta por sus dimensiones y factura la obra de Roger Toledo en seis paneles, que construye un paisaje desde la retina. En el ala derecha, continúan las obras de artistas como: Dayron Gallardo, el cual imbrica la pintura de caballete con el recurso auditivo desde la tecnología, creando así una atmósfera única para el espectador; Frank Mujica con “Paisaje Camuflado lll” de gran formato; William Acosta con “Cambio de vida” que mezcla desde la transparencia arquitectura y paisaje; y por último, Leo De La O con “Ausencia habitada”.
Completa la sala la obra de Víctor Manuel Ojeda, instalación titulada “La historia contada desde las piedras”, que rompe con las anteriores manifestaciones, en cierta medida puesto que involucra obras pictóricas de su autoría. Es ciertamente un resultado de un proceso de experimentación bien logrado, en el cual el artista interviene, en algunos casos, piedras calizas encontradas en los interiores de la ciudad, construyendo así una historia del espacio cubano desde las dificultades que implica el interior y no desde la mirada periférica.
En la segunda sala confluyen obras de especial interés y riqueza, desde la variedad de manifestaciones como las ya mencionadas obras en MDF y grabado; esta última que construye la figuras desde la escritura, así como las piezas abstractas de Harold Ramírez, los dibujos de Levi Orta y las impresiones de Lisandra Isabel García y Ricardo Miguel Hernández. Predominan las pinturas sobre lienzo con artistas como: Antuan Mena; Yudel Francisco Cruz con una estética impresionista; Omar Tirado con su obra Grave para rosas, de la serie “Epistolario”, en la cual construye, a través de planos superpuestos, espacios hogareños interiores y exteriores en una misma composición; Gerardo Liranza, que impacta con su obra por la factura en el tratamiento de la arquitectura y la estructura peculiar de la composición con figuras geométricas; y por último, Yuri Santana con seis lienzos que representan a individuos de los barrios en sus actividades cotidianas de disfrute, con una postura realista desde los interiores de los barrios habaneros.
En conclusión, “Un Mal Chiste a Niels Bohr” resulta una excelente experiencia tanto visual como conceptual que va más allá de la exquisita factura y dimensión de sus obras. Exhorto a que se acerquen al espacio acogedor de Galería Galiano a los que aún no la han visitado, e incluso a los que la visitaron, que como afirma su curador Abram Bravo Guerra en palabras al catálogo: El que piensa que entiende La Habana, es porque de verdad no la entiende.