Un pedacito de la historia y de la Habana
Por: María Karla Larrondo González
Comencé a realizar entrevistas porque tenía curiosidad por algunas personas que veía en redes y sus historias me parecían interesantes. Así me pasó con Gabriela García Estrada, pero seguro te suena más por: Me lo dijo Gaby, una chica que ama la historia de la Habana y quiere compartirla, una chica con ganas de crecer.
Me lo dijo Gaby.
Se tuviera que definirme, que me cuesta mucho, retomaría la descripción de Instagram: Fotógrafa y creadora de contenido, enfocada en compartir la historia de mi ciudad.
La Habana para mí representa demasiado. Soy nacida y criada aquí y todos mis recuerdos tienen de una forma u otra a La Habana. Cuando era pequeña todos los fines de semana mi papá me llevaba a los museos, nos sentábamos a merendar en cualquier sitio por acá, clases de dibujo en la biblioteca Rubén Martínez Villena, mi primaria estaba en la calle Teniente Rey; o sea todo, y eso es imposible desligarlo de mi historia. Soy consciente de que en cualquier lugar donde esté, La Habana estará en mí.
Aprendí desde pequeña a estar en movimiento, soy muy hiperactiva. Vengo de la formación de radio del Centro a+ espacio adolescentes, que es un centro de la Oficina del Historiador, donde imparten talleres a los adolescentes hasta los 18 años; en un inicio era para los residentes de la Habana Vieja, pero actualmente vienen adolescentes de muchos municipios. Yo ingresé por dibujo que también me gusta, pero luego me atrapó la fotografía y la radio, incluso realizamos un cortometraje.
La visión de las redes sociales:
Comencé a vincularme con las redes por la fotografía. Tenía un perfil enfocado al turismo y a través de la fotografía creaba experiencias con los turistas que venían, les hacía la guía por La Habana y se llevaban recuerdos fotográficos. Tenía un podcast con un amigo, que incluso era en inglés, de información al viajero; pero a pesar de eso, no sentía que era totalmente mío. A mí me gusta la poesía, la historia y la cultura; quiero algo que lo logre aunar todo, me decía.
De ahí llegó la idea y le di un giro a mi página de Instagram, porque me di cuenta que hay tantas personas que viven en La Habana y no conocen mucho de su ciudad. Soy de la opinión de que si se enseña la producción histórica de un proceso se asimila mejor, y quería crear algo con lo que pudiera comunicar esa visión.
Cuando di con lo que realmente quería decir fue el momento de crear la marca, quería algo sencillo, comencé con el diseño del logo, la biografía, la voz de la marca; cosa que tuve que estudiar porque realmente no soy diseñadora. Pero me ayudó a conformar lo que quería decir porque sobre todo quería una línea que fuera coherente al contenido de La Habana.
Comencé a mostrarme como soy, con lo que realmente me gusta y las interacciones llegaron solas. Uno está en constante evolución, mis primeros videos tenían un lenguaje muy técnico, quizá un poquito más frío, pero me di cuenta que con un lenguaje más asequible podría llegar mejor a la gente y que se sintieran parte.
Uno de los mensajes que más guardo es el de una mujer que decía “no sabes cuánto me alegra poder ver a una persona que esté leyendo y qué esté disfrutando de la historia” y me llamó mucho la atención; y cuando nos comenzamos a escribir me comentó que desde pequeña le había gustado leer, pero que luego de los 36 años comenzó con un problema de la vista grave y no puede leer. Y le es muy favorable el formato en el que estoy haciendo los videos; y para mí eso es más que un regalo.
Las redes sociales impactan en la vida de todos, sea cual sea su profesión, porque la presencia en redes te asegura muchas cosas, tanto para bien como para mal. Te permiten crear contactos, difundir tu trabajo.
Patrimonio y futuro.
Estudio Preservación y gestión del patrimonio cultural en el Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana; y llevando esto de las redes al patrimonio, creo que es sumamente importante, ya que es una construcción social, y es necesaria la difusión y comunicación del patrimonio. Porque si no se conoce no se respeta y no se cuida. Las redes sociales son tan banales como tú quieras, porque si tienes un mensaje y lo quieres trasmitir por ahí es la vía de nuestra generación. El patrimonio, si no lo difundes, muere.
“La historia no es cera que se amolda a nuestras manos caprichosas” esta frase la vi como en el 2014 en el restaurante el Chanchullero y esa quedó ahí. Para mí la historia, evidentemente cada quien la va a contar desde su punto de vista, pero siempre hay elementos inamovibles; y hay mucho desconocimiento de la historia en nuestro país, y hay tanto que contar, hay tantas mezclas de culturas que están ahí, pero somos eso y a veces no lo vemos. La historia nos ayuda a entender por qué pasó, por qué pasa y por qué pasará.
Tengo un amigo, José Raúl, que hizo un trabajo de leyendas y mitos cubanos, la gente conocía todos los mitos nórdicos y no conocían nada de Cuba, y tenemos mucho por conocer y contar.
Busco aprender sobre la historia, en el propio colegio, con la vida y con las personas que tengo a mi alrededor que me han nutrido muchísimo, sobre las tradiciones, sobre la cultura; y una vez que logre graduarme poder ser una gestora del patrimonio capaz de tener esa coherencia y sensibilidad, que logre vincular la fotografía y el audiovisual con mis intereses. Poder decir: estoy colaborando con que las personas conozcan su historia, conozcan sus tradiciones a través de lo que más me apasiona. Que las personas se lleven un pedacito de la historia y de la Habana.