Un príncipe verde y una princesa desencantada

Lógicas de lo kitsch en la serie turca “Aynen Aynen”

La Jeringa
4 min readAug 22, 2022

Por: Flavia Barrio Alvariño

Décadas atrás, ya Jacques Derrida apuntaba que la mejor vía para inquirir a otro era a partir de los propios argumentos utilizados por este. No obstante, ¿esta inmersión en territorio ajeno no supondría, acaso, una contaminación con las dinámicas del imputado? Tal interrogante subyace en buena parte del público consumidor de Aynen Aynen, serie turca de la plataforma de streaming BluTV, dirigida por Yunus Korkut y Osman Kaya y estrenada en el año 2019.

Al igual que otros productos televisivos con un aguzado perfil comercial de esa porción del orbe, este acude, una vez más, a la comedia romántica como estrategia discursiva en aras de posicionarse en un mercado en plena eclosión en países asiáticos y occidentales. Sin embargo, la concepción de la serie la diferencia, ostensiblemente, de sus homólogas nacionales. Dentro de las lógicas de lo kitsch, satiriza y deconstruye la gramática, mil veces reproducida y aun comercialmente exitosa, de los ejemplares más edulcorados del género. Se materializa así una alternancia, tensiones entre las claves de lo kitsch y las estilizaciones conceptuales. Sin abandonar los márgenes de lo ameno y entretenido, se transforma en un producto, en gran medida, sui generis. Lo interesante estriba, entonces, en examinar cómo la propia instrumentación de los códigos cinematográficos lo exoneran de incidir en las mismas nimiedades de sus predecesores y le otorgan un trasfondo creativo más ambicioso: kitsch, es cierto, pero de modo consciente, jactancioso e intencionado.

La trama carece de complejidades y, mediante determinadas situaciones tipos experimentadas por la mayoría de las parejas, se narra la historia de amor entre Nil y Emir, inicialmente, y entre Nil y Deniz, posteriormente. A través de estas duplas se abordan las relaciones afectivas entre hombres y mujeres de manera inusitadamente realista para este tipo de materiales. La pequeña pantalla se da a la tarea de exponer todo aquello que se oculta tras actitudes protocolares o formalmente correctas. De tal forma, se exhiben los verdaderos móviles e intenciones de la psicología humana en cada acción. Asimismo, se despoja de la óptica fundamentalmente femenina con la que se construyen esta clase de historias. En su lugar, se decanta por un enfoque bivalente que fluctúa entre las perspectivas de ambos sexos: protagónico masculino y/o femenino. De ahí las recurrencias de la focalización interna, si bien la focalización cero resulta predominante.

Con 45 capítulos segmentados en 7 temporadas, la serie atenta contra las acostumbradas entregas de 30 o 45 minutos de duración. En ese sentido, apenas 8 minutos les bastan a sus directores para articular todo un pastiche humorístico y elocuente. Además, cada capítulo se presenta como una unidad autónoma dentro del macrorrelato; por ende, se pueden visionar de manera aleatoria e independiente sin que esto suponga inconvenientes mayores para el espectador.

La propia historia esclarece, desde sus albores, que va en contra del estereotipo según el cual los protagonistas, pese a peripecias y desencuentros, siempre vislumbran una alternativa para sortear las vicisitudes en nombre del amor. Por ejemplo, burlando la expectativa y el bagaje del público asiduo a este género, hacia la temporada 3, se disuelve el noviazgo de Nil con quien se esperaba luciese traje nupcial y se lanza a la aventura con otro pretendiente. Nuevamente, el material muestra las complejidades de las relaciones interpersonales y pone en entredicho el mito del “indicado” y del primer romance como el puro y verdadero.

Usualmente, los capítulos optan por una subversión de la dramaturgia clásica y del relato lineal. De ahí que, con frecuencia, se inicien en el momento climático o de reversión del conflicto para pasar hacia la situación desestabilizadora y, por último, llegar, otra vez, a la resolución del problema. Por lo general, estos manejan un único plot, aunque ocasionalmente alguno de los personajes cuenta una historia dentro del relato principal, lo que lo lleva a un nivel metadiegético.

Por su parte, entre los aspectos que acentúan la vertiente kitsch de este producto destacan las formas en que se estructura el montaje, sobre todo, los efectos de enlace/disyunción, así como en los códigos visuales la implementación del split screen. Aquí se emplea una amplia gama de transiciones, especialmente, aquellas que lo hagan de manera más notoria: barridos, fundidos, cortinillas e, incluso, jump cut. Montajes paralelos, alternados y/o convergentes también se dan cita en sus entregas.

Evidentemente, esta serie se desmarca de los estándares y convencionalismos a los que tiende este tipo de géneros, si bien todavía de modo mesurado. Aynen Aynen, es cierto, aún apuesta por la trillada fórmula del príncipe y la princesa, en clave metafórica, por supuesto. Pero a falta de asideros semejantes en la praxis cotidiana, su príncipe es verde y su princesa desencantada.

Bibliografía

Aynen Aynen, novela turca. (17 de marzo de 2021). Obtenido de Series Turcas

Ferreirós, A. P. (12 de febrero de 2021). La nueva serie de Kerem Bursin después de Love is in the air. Obtenido de Sensacine

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