William Vivanco: “mi música es variedad de ritmos”

La Jeringa
10 min readOct 21, 2020

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Por: Carlos Rafael Fuentes Tamayo

Fotos cortesía del entrevistado

William Vivanco, lleva consigo la cubanía en cada una de sus producciones musicales. El sentimiento lo refleja en sus letras, ritmos y sonoridades como resultado de una cultura enriquecida por el respeto a sus raíces africanas, que además de su música, forma parte de su esencia.

Diez años pasaron desde la última producción discográfica del “Cimarrón”, bajo el sello Bis Music. Por ello, un reencuentro con el público a partir de un nuevo disco es una deuda existente con sus seguidores, necesitados del ashe y el sabor de su música.

Hablar de “Trece con magia”, su más reciente fonograma; la influencia de sus anteriores trabajos musicales en el resultado final de este CD a estrenar próximamente, son algunos de los temas a tratar en la entrevista realizada por La Jeringa a William Vivanco.

El Trece (13) es un número peculiar en cuanto a su significado, ¿en qué radica el encantamiento de este número para titular el nuevo disco de William Vivanco “Trece con magia”?

Se llama “Trece con magia” porque cuando comencé a elaborar esta producción discográfica finalmente quedaron 13 temas y quería romper con el misticismo del número 13; también para llamar un poco la atención con ese título.

Este disco me ha traído muchos placeres, trabajo y dificultades. Pensé que el número 13 no es nada comparado con la tarea titánica a la que me enfrenté: componer las canciones, producirlas, mezclarlas y no contar con apoyo de ninguna institución. Además, la magia del disco radica en su eclecticismo y la variedad de ritmos.

Al final un número es número, hay cosas más complejas en el universo que guiarse por el temor a un número. Si este existe es porque Dios lo puso ahí y tiene algún significado importante.

¿Qué significó para usted contar con la contribución de José Luis Cortés, Israel Rojas y David Torrens en algunos de los temas del CD?

José Luis Cortes, “El Tosco” con lo carismático y cariñoso que es, un día se apareció en el estudio y espontáneamente dijo: “(…) voy a decir unas cosas, voy a insertarme ahí (…)” y con tremendo swing se mezcló en “Verano mozambique” algo que enriqueció más el tema, y yo agradecidísimo.

En el caso de Israel, nos encontramos cada cierto tiempo. La más reciente nos vimos, conversamos y decidimos por qué no componer algo. Me preguntó si tenía algo a medio hacer, y fue así como surgió la idea de un Charleston incompleto “a medio hacer”, ya que faltaba un poco de letra y terminarlo. Un tiempo después, nos vimos ahí en su casa, tuvimos un par de sesiones de trabajo que tuvo como resultado final el “Charleston 21”, una canción que se coló muy bien en el disco.

Con David Torrens teníamos la deuda de cantar “Cuando vuelvo”, que en realidad es un tema que a él le gusta mucho. La composición la habíamos grabado hace años, pero increíblemente esas pistas se perdieron y bueno, esta fue mi oportunidad para volverla a presentar. Introduje “Cuando vuelvo” en el disco para saldar mi deuda con David Torrens y fue maravilloso el producto de esa colaboración.

Además de “El Tosco”, Israel Rojas y David Torrens, “Trece con magia” cuenta con otros invitados importantes. Estoy encantado con estos invitados y con otros como: William Roblejo, Ethiel Failde y sobre todo de Jesús Cruz, de Ultrasonic, del trombón de San Amalia, Juan Carlos y muchos otros invitados importantes para mí.

En una entrevista el año pasado para la revista “Vistar”, usted refería que decidió romper un poco con lo establecido por las discográficas, y se dio a la tarea de producir su propio disco, sin esa presión que genera el tiempo limitado por los estudios de las compañías. ¿Qué significa para un músico producir su propio trabajo musical? ¿Por qué consideró que era el momento preciso para producir su nuevo proyecto? ¿Quiénes formaron parte de su equipo para la realización del disco?

Hacer mi música por cuenta propia siempre va a dar más resultado para mí, que trabajar con instituciones. Descubrí esto hace tiempo y me lancé a la tarea titánica de hacer mi propio fonograma. El sector particular avanza porque tiene interés en sus asuntos y esto también tiene que ver con la música. Las empresas discográficas en Cuba tienen sus limitaciones, deudas, lentitudes y además sus preferencias, entonces me di cuenta que no soy del gusto de ninguna de esas compañías. En ese sentido, necesitaba salir adelante con mi música porque a veces parece que no saben dónde colocarte, o como no tienes un padrino o algo así, resulta muy complicado para un artista desarrollarse.

Producirse un disco propio, en nuestro país es una tarea casi imposible. En ello hacen falta muchos recursos, sobre todo dinero para poder pagar a los músicos, los estudios, y toda la logística que lleva producir un CD. Aquí no solo hablamos de llevar a los músicos a grabar, se incluye también la tarea de mezclar cada canción, y para ello, pagar por ese trabajo a alguien que mezcle el disco contigo y luego lo masterice. La promoción requiere igual de financiamiento.

En el proceso de “Trece con magia”, me he dado cuenta que las disqueras cubanas tienen disímiles compromisos, donde creo que se abarca mucho y se aprieta poco. Eso me llevó a ir por mi camino como un cimarrón, dándole la libertad a mis producciones musicales, pues las empresas discográficas no me comprenden y a veces llegan tarde a los asuntos. En algún momento llegarán a licenciar este disco para Cuba, pues todavía no ha sucedido ninguna respuesta positiva.

Yo comencé haciendo mis maquetas con José Ángel Blanco, un muchacho al que le dicen “el negro”. Lo llamé porque prefiero trabajar las maquetas de los discos -como aquel que dice- de palo, hacerlas primero para ver.

A diferencia de otros proyectos ya no voy al estudio a grabar con los músicos, ni con los instrumentos. Comencé con José Ángel, luego nos fuimos a un estudio por el Cerro, con Ultrasonic, quien se sumó también en la construcción de esta primera parte del disco. Aquí hubo un trabajo intenso por parte de todos, ayuda que les agradezco a ellos también.

Más tarde un amigo me prestó su estudio de grabación por el Náutico, allí convoqué a Jesusín para empezar a grabar el disco y seguidamente, conté con otros grandes músicos.

La presencia de diferentes sonoridades es un sello distintivo en “Trece con magia”. ¿Por qué utilizas esta hibridación de ritmos cubanos y foráneos como el changüí, el danzón, el mozambique, la samba?

La variedad de ritmos en mi música es algo que siempre ha estado presente; mientras más pase el tiempo más me alejo de las tendencias del pop, o de aquellas propagadas por la cultura norteamericana, y me acerco cada vez más a los ritmos caribeños, a las sonoridades que escuchaba de niño en los carnavales, festivales del Caribe. Me es imposible casarme con un solo género, aparte de que no estudié música en ninguna escuela, es por ello que de forma natural los ritmos me salen mezclados.

En este sentido, tuve la libertad de aprender en la universidad de la calle, y allí conocí toda la música mezclada mientras cantaba en un coro. Luego me iba a tocar en el Morro o Casa Granda música tradicional, y después terminaba en las calles cantando canciones de trova o feeling. Hubo un tiempo en mi quehacer musical de canciones románticas, merengues, bachatas, géneros que se mezclaban y se pegaban acá en nuestra Isla, en Oriente, en Santiago de Cuba.

Un elemento que caracteriza mi trabajo es la mezcla, la fusión de ritmos cubanos con los foráneos. Me aburriría hacer un disco de baladas solamente, o uno de sones nada más, esa no es mi característica.

Temas como “Cuando vuelvo”; “Samba de los contuntos”, cantados por usted anteriormente reaparecen con un toque diferente en este trabajo discográfico. ¿Cómo valora William Vivanco el aporte de sus discos precedentes y su etapa como integrante del grupo Interactivo en el resultado final de “Trece con magia”?

En mis próximos trabajos musicales voy a seguir retomando canciones mías ya grabadas, porque me doy cuenta de que las canciones, con el tiempo siguen mejorando, y añejándose. Según mi criterio, perfecto sería componer una canción hoy y grabarla dentro de 10 años, pero el tiempo corre muy rápido y no es posible. Por ello, voy a volver a regrabar muchas canciones, y es posible que después haga un disco llamado “Grandes éxitos del Cimarrón” (risas) o algo así. Las canciones van creciendo, y perfeccionándose con el pasar del tiempo, con tocarlas y tocarlas.

Interactivo lo catalogo como una de las grandes escuelas que he pasado en el recorrido de mi universidad de la calle. Este grupo, me permitió componer temas para que sean cantados por la banda, conocer músicos reconocidos, tendencias musicales, compartir y nutrirme de experiencias.

Es posible que algún día vuelva a grabar “Cuando vuelvo”, “El Cimarrón”, esto se hace con frecuencia, en Brasil. El rescate de temas pasados es muy característico del músico brasileño y nosotros también podríamos hacerlo. Me gusta ver como una canción evoluciona de una grabación a la otra.

¿Cómo podrías definir tu última producción discográfica?

“Trece con magia” es el punto de partida donde comienzo a desarrollar lo que quiero plantear y reflejar musicalmente. Es el inicio de William Vivanco, como el productor musical. Además, ya estoy produciendo música con algunos amigos y temas de otras personas. Se puede decir que aquí empieza mi carrera como productor independiente.

Diversos seguidores del “Cimarrón” en las peñas del Bertolt Brecht le han perdido la pista a William Vivanco. ¿Qué ha ocurrido durante este tiempo?

Me he desconectado y realmente ha sido muy doloroso para mí desvincularme de la línea de desarrollo en mi carrera musical, por la sencilla y única razón de las disqueras cubanas. Codearse con ellas, a veces, es complicado. En algún momento ellas dejaron de llamarme, de preguntar por mí, y me cansé. Además, tenía que instaurarme en La Habana, para dejar de pagar un alquiler y comprarme mi casa. A continuación, comencé a preparar los medios para auto-producir mi música, tener mis equipos, mis computadoras, mis cosas en general. Las primeras ideas de “Trece con magia” se remontan tres años atrás, es decir, pasaron entre 6 o 7 años para dejar de producir música y ocuparme de mi situación personal en la capital.

Fueron años muy duros, difíciles para organizarme en La Habana, porque nadie me iba a regalar nada, nadie te da nada, y menos que menos las discográficas se ocupan de uno. Tuve que ocuparme de mí mismo, sabiendo que estaban pasando cosas en las que no podía vincularme, porque tenía que acondicionarme en la ciudad, para entonces poder dedicarme a mi música independiente

El apoyo en las redes sociales al video “Palo haitiano” fue fundamental para reflejar la trascendencia de nuestra cultura ¿Qué significó para usted el resultado final de este material audiovisual?

El resultado del “Palo haitiano” me ha llenado de alegría y optimismo. El video me demostró el amor y cariño del público en todas partes del mundo, quienes no se han olvidado de mí y de mi música. Es muy reconfortante saber que la gente se preocupa por uno a través de las redes sociales y sienten la necesidad de escuchar el trabajo musical que desarrollamos los artistas.

Mis canciones las trabajo con mucha seriedad y tomo bastante tiempo en sacarlas a la vista de todos. Creo que la constancia y paciencia que le pongo a mis producciones se refleja en el resultado final, en definitiva, es con lo que el público se queda. Los logros hasta ahora alcanzados han permitido que varios de mis temas no hayan pasado al olvido, porque los hago con entrega y sin ninguna intención de vendérsela al público para ganarme un poco de popularidad hoy.

Estoy contentísimo por la respuesta de mi público en todas partes del mundo; el resultado me ha dado la posibilidad de seguir contando con su afecto y trabajando para ellos. Agradecerles a esas personas que me siguen; a quienes una vez vivieron en Cuba y que por diferentes razones se fueron de acá, y a otros que mi música les llegó por amigos.

Gracias a “Producciones Cimarrón” pude hacer este trabajo que tantas alegrías me ha generado. Es un pequeño equipo, al cual siempre le estaré agradecido.

¿Qué importancia le otorgas al videoclip para la promoción musical de un artista?

Los tiempos actuales son cada vez más difíciles y complejos, incluso, hacer una canción sin un videoclip limita un poco su impacto, entonces imagínate otro reto más fuerte para el Cimarrón. El videoclip resulta un valioso acompañante de la canción.

El tema del audiovisual es fundamental, la gente necesita ver cómo la canción se transforma en una obra de arte visual. Te podrás imaginar que ahí también he gastado muchos recursos, y hay que seguir invirtiendo en estos audiovisuales porque son necesarios. Es complicado, pues para hacer un buen videoclip necesitas una buena dirección, para evitar que te demeriten la canción.

Desgraciadamente hoy hay tanta información que la mayoría de las personas no escuchan en la radio las canciones como años atrás. En la actualidad se hace más necesario por la gente consumir el audiovisual en el paquete, televisión, o internet. El reto está en seguir haciendo más audiovisuales, debido a lo complejo que se convierte la industria musical.

Nuestra cultura necesita de músicos originales, capaces de rescatar y asentar las sonoridades y ritmos más autóctonos. William Vivanco, con un proyecto discográfico más personal, es reflejo de esa búsqueda a la que hacemos referencia en nuestra música. Por tanto, el acercamiento entre artistas y empresas discográficas no debe convertirse en un puro trámite, sino en un puente de mutuo intercambio musical para el crecimiento de todos.

El disco “Trece con magia” va a lanzarse en el ámbito internacional después del 23 de octubre y lo va a sacar Puntilla Records. Por las redes sociales tendrá presencia en: iTunes, Spotify. Resulta necesario que alguna de las compañías productoras cubanas se interese por licenciar este nuevo material de Vivanco, ya que la principal plataforma para nuestros músicos, debe ser siempre el público que los ha visto crecer y desarrollarse.

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